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sábado, 6 de junio de 2020

Carlos Gill Ramírez desmiente al senador Óscar Ortiz: "Nunca he contratado con el estado boliviano"

  El empresario aseguró de manera categórica, que nunca ha negociado con el estado boliviano, ni con ninguna otra administración gubernamental, tal como lo afirmó el senador boliviano Óscar Ortiz en un informe que presentó ante la fiscalía de ese país y cuya reseña fue publicada en estas páginas. Asimismo asegura que no conoce a Nicolás Maduro y que a Hugo Chávez sólo lo vió una vez en Nueva York en 1999.

Por Maibort Petit

   El empresario venezolano-paraguayo, Carlos Gill Ramírez, señalado por el senador boliviano Oscar Ortiz, de contratar de manera irregular con el estado boliviano y de ser un supuesto testaferro del expresidente de Bolivia, Evo Morales, y del exvicepresidente de dicha nación, Álvaro García Linera aseguró a Venezuela Política que es totalmente falsa esa acusación, y que lo demostrará ante las instancias judiciales de Bolivia. 
  El empresario Gill Ramírez dijo en una entrevista con este portal, que sus empresas nunca han contratado con el estado boliviano, tal como lo denunció el senador de ese país, Óscar Ortiz. Asimismo, desmintió haber tenido relaciones con Hugo Chávez, a quien conoció en Nueva York en una oportunidad y que nunca conoció a Nicolás Maduro. Negó todas los señalamientos que del congresista hace en su informe y aclaró todos los detalles que a su juicio no se ajustan a la verdad. 

  A continuación, la entrevista Gill Ramírez nos concediera para ejercer su derecho a réplica:

Conoce al expresidente boliviano, Evo Morales y a su ex-vicepresidente Álvaro García Linera. ¿Mantiene o ha mantenido alguna relación con estas dos personas o con funcionarios de la pasada administración y con el partido oficialista MAS?

No tengo ni tuve ninguna relación con el partido oficialista MAS. Tuve, no una relación, porque la palabra relación creo que abarca mucho, creo que abarca mucho.  Yo soy un empresario iberoamericano que entre mis funciones, cuando llego a cualquier país, por lo que hacemos en los países, más en Bolivia donde entramos por infraestructura, que son concesiones, tienes que hablar y presentarse como cualquier empresario iberoamericano, tienes que llegar a la presidencia y presentarte. Así conocí al presidente Evo Morales, con toda la formalidad del caso, diciéndole que iba a comprar la Ferroviaria Oriental, de manos de una compañía americana llamada Genesis Wyoming, una compra totalmente entre privados.

¿Quién le presenta a usted al expresidente Evo Morales?

— No necesariamente nadie te lo presenta. Tú mandas una carta formal de tu compañía pidiendo una cita con anticipación, con bastante tiempo y te la dan y vas.

¿Y a Álvaro García Linera?

— Álvaro García Linera por la misma razón que expliqué antes, era el vicepresidente del país y toda la, vamos a llamarla, la operación práctica del país, la derivaron a él y fui a la cita con él.

¿Mantiene o mantuvo usted alguna relación con el oficialismo en Venezuela desde la época del fallecido expresidente, Hugo Chávez, y ahora con su sucesor, Nicolás Maduro?

Ni mantengo, ni tuve. Yo salí de Venezuela hace unos 13 años, dejando mis empresas, yo soy el presidente del Grupo Corimon [desde] hace 26 años, y tengo trabajando  cuarenta y pico de años o más, y te la resumo  en que tengo 22 mil empleados.

Entonces, usted no conoce ni conoció a Hugo Chávez ni a Nicolás Maduro ni tuvo ninguna relación con ellos.

— Yo a Nicolás Maduro nunca lo he conocido, ni he tenido una relación con él. A l presidente Hugo Chávez lo conocí en Nueva York. Como presidente de Corimon nos invitaron a la Bolsa de Nueva York en el año ‘99. Había dos compañías inscritas por listing para ese momento en NY, eran Cantv y Corimon. Invitaron al presidente de Cantv, al presidente de Corimon y allí conocí al presidente Chávez.

— ¿Y mantuvo relación con él?

— Nunca mantuve una relación con él.

— ¿Cómo fue su llegada y la de sus empresas a Bolivia? ¿Por qué decidió instalarse allí?

— Yo creo que nos estamos saliendo de lo que estoy autorizado, pero contesto, no tengo problema, pero nos estamos saliendo [de los puntos tratados en las notas]… Sí me gustaría como te dije, ceñirme, porque es lo que estoy autorizado por mis abogados.

— Ok.

—  Aprovecho decirte que te va a llegar una carta de mis abogados sobre esta conversación.

Ok. ¿Usted tuvo alguna relación con el exembajador de Venezuela en Bolivia, Julio Montes Prado?

— Sí, tuve una muy buena relación con el embajador Montes Prado. El embajador Montes Prado es del estado Lara, es de Barquisimeto y yo tengo una buena relación histórica con el estado Lara. Lo conocí hace muchos años, por colegio, etcétera, y él tomó un camino, yo tomé mi camino de empresario. Él se disgustó y renunció de forma contundente hace unos once años al presidente Chávez, el presidente Chávez lo botó públicamente por televisión y desde allí, yo estaba empezando en Bolivia, tenía un CEO para Latinoamérica, que también era del estado Lara y conocía también al señor Julio Montes, que en paz descanse, y de esa forma contraté a Julio Montes para que trabajara conmigo. Yo siempre digo que hay dos tipos ex-embajadores, o exministros, o exfuncionarios, los que más nunca trabajan y los que tienen que trabajar al día siguiente. Este es uno de los que tenía que trabajar al día siguiente, buscó trabajo, yo le di trabajo, no quiso ser empleado sino contratado y trabajó conmigo 10 años, de los cuales me siento orgulloso de haber trabajado con él.

¿Tuvo que ver de alguna manera esa relación con la adjudicación de contratos a empresas de su propiedad?

— De ninguna manera, en primer lugar, como te dije, yo en Bolivia y en todos los países que estoy, nunca he contratado con el estado. Nunca.

— ¿Qué respuesta le daría entonces al señalamiento formulado por el senador Oscar Ortiz en los que él refiere que las adjudicaciones de los contratos que le dio el gobierno a sus empresas se hicieron de manera irregular, es decir, que se hicieron sin licitaciones, recurriendo a una adjudicación directa?

— Me gustaría que me repitieras bien claro, estás leyendo, creo, la primera parte de la pregunta y te contesto.

Sí, con gusto. ¿Qué respuesta podría darles a los señalamientos formulados por el senador Oscar Ortiz en los que refiere que las adjudicaciones de contratos a sus empresas se hicieron de manera irregular, debido a que muchas de estas se hicieron sin licitación recurriendo a la adjudicación directa sin que para ello privaran las condiciones de excepción que justifican ese tipo de procedimiento?

— Como te dije antes, nunca he tenido ni he participado en una licitación con el estado. Ninguna de mis empresas. El senador Ortiz, lamentándolo mucho  y a lo mejor te lo está traspasando a ti, no está bien informado o no quiso estar bien informado. Nunca, lo repito con toda claridad y firmeza y certeza, nunca he tenido un contrato con el estado. Nunca he ido a una licitación del estado. Nunca. Así de claro.

— Ok. Así lo podremos. ¿Es usted propietario o no de una empresa llamada Cotienne S.A.?

— No soy propietario de Cotienne S.A. Eso es otro grave error. Ya no uso la palabra error sino manipulación o ignorancia, una de las dos. Ignorancia o manipulación, pues alguien que hace un informe de 46 páginas, algo ha debido de investigar. Explico y creo que fácilmente lo entenderás,  la empresa Cotienne tiene sus accionistas de toda la vida, es una empresa muy antigua, sus accionistas siguen siendo los mismos desde su fundación. Es una empresa de mucho curriculum en construcción. Yo lo que hice con Cotienne fue consorciarme. Una cosa es consorciarse [y otra ser accionista]. En Bolivia se llama sociedad accidental. Uno no es accionista de Cotienne, sino que un grupo de compañías constructoras  se consorcian para cualquier trabajo. Yo me consorcié en un 30 por ciento en un solo trabajo y, [mejor dicho] no en un solo trabajo, [sino] en una etapa de ese trabajo. Esa es toda la relación que yo tengo con Cotienne. Una compañía mía constructora se consorcio 30 por ciento, 30 por ciento del consorcio era yo y 70 por ciento del consorcio era Cotienne con sus accionistas. Nunca he sido accionista de Cotienne. Lo cual quiere decir que cualquier contrato que tenga Cotienne directo con el estado diferente a la única participación que tuve yo, que no era con el estado [es asunto de ellos]. Yo me consorcié en un trabajo privado, entre privados.

— ¿Usted puede explicarnos cuáles son las empresas de su propiedad?

— Sí, como no. Eso está allí dicho. Yo creo que en eso tú sí hiciste una buena investigación y te dirigiste a quien tenías que dirigirte. Primero quiero acotar  que siempre aparezco en mis empresas, nunca uso estructuras, ni cantidad de compañías ni nada de eso. Nosotros llegamos a un país, abrimos compañías del país y arriba de esa compañía está 99 por ciento Carlos Gill o familiar, o mi esposa o el CEO de nosotros, con uno por ciento, porque es necesario, [pues] en las sociedades no puedes estar solo y necesitas otro accionista. Entonces, el 99 por ciento es Carlos Gill y el resto, los demás. En Bolivia tengo una participación minoritaria, tiene que quedar bien clara esa palabra, minoritaria, porque soy el presidente en la Ferroviaria  Oriental. La Ferroviaria Oriental tiene la siguiente composición accionaria: el 50 por ciento son los fondos de pensiones bolivianos, administrados por el BBVA, uno que se llama Previsión y el otro que se llama Futuro. Esos dos fondos tienen el 50 por ciento de la Ferroviaria Oriental. El otro accionista 50 por ciento se divide en varios accionistas, Belgrano del Norte que es la ferroviaria oficial argentina, tiene una participación; el IFC, Banco Mundial, tiene una participación; el Fondo de Pensiones de Infraestructura Chileno, tiene una participación importante del ventipico por ciento y es representada y administrada por BPG Factual, un banco brasileño muy grande y muy importante. Y con un 20 por ciento de ese 50 por ciento, que equivale a la mitad de la ferroviaria, participo de la compañía.

  En la Ferroviaria Andina, que es la segunda compañía, que son compañías totalmente diferentes. En Ferroviaria Oriental adquirí posición hace unos 10 años y en Ferroviaria Andina adquirí mi posición hace 4 años. Son operaciones totalmente diferentes. Es muy importante decir eso. Son compañías totalmente diferentes, donde hay un socio común que es los fondos de pensiones que aquí vuelven a tener el 50 por ciento, ya lo tenían cuando compré, los mismos que te dije. Y en el otro 50 por ciento estoy yo con cuarenta y algo por ciento [de las acciones] y la diferencia la tienen varios accionistas.

— ¿Alguna de esas empresas usó el mecanismo de subcontratación? Hay un señalamiento…

— ¿En las ferroviarias?

— Ujum

— No entiendo la pregunta.

— Que si alguna de estas empresas utilizó el mecanismo de la subcontratación, puesto que hay un señalamiento que dice que las empresas como tales no tenían la totalidad del aval para realizar las obras encomendadas.

— Muy bien, las ferroviarias realizan transporte, no obras. Tú te refieres ahí es a las otras compañías. Las ferroviarias es una operación ferroviaria. Tengo varios clientes, muchos clientes. Yo no hago subcontrataciones en las ferroviarias. Ni a mí me subcontratan tampoco. A mí me contratan los servicios de transporte.

¿Esas son sus únicas empresas?

— No, no. Estoy comenzando a enumerar. [Esas son] Las dos empresas ferroviarias. Después tengo unas empresas que son las dueñas de dos diarios, La Razón y El Extra, donde el dueño soy yo, 99 por ciento a través de otra compañía boliviana donde aparezco yo, no tiene ninguna estructura ni nada de eso. Bueno, esa tampoco subcontrata, son dos diarios. Después tengo, bueno tuve, una participación, ya no la tengo, que tú describes muy bien en uno de los párrafos, que se llama OCM Trading, una empresa privada donde el socio es Ricardo Ignacio Bedoya y yo, hicimos proyectos privados de construcción y terminaron los proyectos, gracias a Dios con éxito. Ricardo Ignacio Bedoya se quedó con la compañía, yo se la traspasé. Pero fui socio hasta que terminaron los proyectos a mediados de 2019. Esa compañía nunca subcontrató nada con el estado mientras yo fui socio.

— ¿Esas son todas sus compañías?

— No, sigo. Tengo una participación en una compañía que se llama Constructora Gómez Núñez Bolivia S.A. Ahí soy socio del dueño de la Constructora Gómez Núñez Paraguay, de la cual yo no soy dueño, es una compañía que tiene más de 40 años. Constructora Gómez Núñez Paraguay abre una filial, como hacen todas las transnacionales, una filial en Bolivia para darle fortaleza a la compañía e invitó a Bedoya y me invitó a mí.

  Tengo una participación en esa compañía boliviana que es Constructora Gómez Núñez Bolivia S.A. que no es, lo quiero decir bien claro porque es bien importante, porque hay una confusión ahí [en el informe de Ortiz] y creo que es adrede, porque casualmente tú lo defines muy bien, pero después lo mezclas. Hay párrafos exactos donde nombras todo lo que yo estoy diciendo, pero después lo mezclas todo.

Están basados en los informes y en las declaraciones del senador Ortiz.

En los errores del informe de Ortiz. Y sí quisiera después de que me haga presente en este caso que me abrieron, tener una entrevista contigo que trate solamente del informe de Ortiz.

— Me encantaría.

— Bueno, esas son las compañías que tengo. No sé si se me olvidó alguna. Ferroviaria Oriental, Andina, Comunicaciones el País, que es la propietaria de El Extra y La Razón. Ah, tengo una compañía que representa a las tiendas Montana, donde tengo 26 años siendo presidente de Corimon y tú como venezolana, sabes lo que es Montana, gracias a Dios. Y la expansión internacional de Montana se hace por dos vías. Se hace por plantas que tenemos en Paraguay y República Dominicana, y por Tiendas Montanas en los países vecinos donde están las plantas. Entonces tengo una compañía que es Tiendas Montana que se dedica a abrir Tiendas Montana, mas nada. Participo, pero no es que tengo una compañía, porque eso es un fondo, participo en un fondo ganadero

— ¿Esas son todas sus empresas?

— Tengo otras compañías que son solamente tenedoras de las acciones de estas, que son bolivianas, pero no tienen ninguna operación diferente a ser tenedoras de acciones.

El senador Ortiz pidió hacer una auditoría de las contrataciones hechas por el gobierno de Evo Morales con sus empresas. Usted dice que no tuvo ninguna contratación con el estado….

— El senador Ortiz nuevamente está equivocado, por eso que dije antes de que no tengo ningún contrato [con el Estado] y ahí es donde te das cuenta de la primera cualidad contraria o negativa, no sé cómo decirle, del informe de Ortiz. Lo digo porque tú lo mencionas muchas veces, donde primero hizo el informe y después [pide] la auditoría, o sea, todo lo contrario [a lo que debería ser]. Y las auditorías no es a mis empresas. Las auditorías que yo entiendo que él pidió, porque no se entiende bien tampoco, es a los contratos. Yo no tengo contratos.

— ¿Usted no tiene contratos del gobierno de Evo Morales?

— No tengo contratos del gobierno, de ningún gobierno, no contrato con gobiernos.

— Uno de los señalamientos, no sé si quiere aclararlo, que está relacionado con las obras del Tren Bioceánico que están en manos de esas empresas ferroviarias, tanto la Andina como la Oriental. ¿Se están desarrollando esas obras o usted no estaba metido en esas contrataciones?

— Lo primero que te puedo decir es, que yo conozca, no existen obras del Tren Bioceánico, que yo conozca, y creo que algo investigamos de esto. Obras del Tren Bioceánico, eso no existe. Lo que hay es una idea que viene de 1800, no es una idea ni mía ni de X persona, desde 1800 la idea es integrar Latinoamérica, ferroviariamente. Y en 1800 y pico se hizo un boceto de lo que es lo que hoy está dibujado en Latinoamérica como Tren Bioceánico. Bolivia es el corazón de Latinoamérica o del sur de Latinoamérica, por llamarla así, y siendo el corazón y estando en el medio, las ferroviarias son las que conectan con la ferroviaria brasileña, con la ferroviaria chilena, con la ferroviaria argentina. Lo que nosotros estamos tratando de hacer, porque sigo haciéndolo, es tratando de hacer esas conexiones y el nombre que lleva es Tren Bioceánico, porque es pasar del [Océano] Atlántico al [Océano] Pacífico o viceversa. Ese es un proyecto privado donde las concesiones son públicas, porque todas esas son concesiones de los estados, en Brasil, en Argentina, en Paraguay, en Chile, en Bolivia, en Colombia, en todos los países. Entonces, los operadores que somos los concesionarios, nos hemos unido para tratar de realizar esta idea y espero que la hagamos en algún momento.

— ¿Y eso lo discutió usted en algún momento o quedó algún documento en poder del estado boliviano? ¿Nunca se discutió con ninguno de los funcionarios?

— Yo no. El estado boliviano tuvo una iniciativa del Tren Bioceánico en la cual yo no participé, donde se con formaron consorcios alemanes, consorcios españoles, consorcios chinos, con la idea, finalmente no, hasta ahora porque creo que siguen trabajando, no ha llegado a nada, eran nuevos corredores bioceánicos, es bien importante que no se mezclen las dos cosas malintencionadamente

 — ¿Y a qué se debe eso?

—No sé.

—¿En alguna oportunidad el gobierno boliviano, el actual o el anterior, le planteó comprar sus empresas o nacionalizarlas?

—Ninguno de los dos gobiernos ha planteado eso.

—Hay una declaración llamativa y escandalosa del periodista Jaime Bayly que habla de que usted de alguna manera habría recibido 30 millones de dólares.

—Eso no está en esto [la nota periodística] y desgraciadamente no te lo puedo contestar. En otro momento, con gusto, te lo puedo contestar.

El senador Ortiz también refiere que los mecanismos utilizados para las subcontrataciones fueron un subterfugio de usted para enmascarar las empresas y evitar los controles de la ley. ¿Usted tiene algo que comentar al respecto o simplemente como dice que no tuvo ninguna contratación con el gobierno, pues entonces esto es falso?

— Esto es falso como aseveración de eso [del informe de Ortiz], lo que es que trata de mezclar las cosas para involucrarme en una ciencia ficción que él tiene y que tendrá que demostrar algún día, porque llegará el momento donde actuaremos de otra forma, donde él dice que yo tengo esos contratos. Yo te puedo comentar que los contratos a los cuales él se refiere son de empresas muy grandes, una empresa francesa que no tengo porqué nombrar ninguna de las empresas. Y otra empresa, también europea, grande, que fueron las que tuvieron esos contratos. Son compañías muy formales, muy importantes y muy grandes.

Uno de los señalamientos del senador Oscar Ortiz es el hecho de que usted estaría actuando como fachada o como testaferro de Evo Morales o de Álvaro García Linera. Él menciona una serie de empresas entre las cuales se encuentran ATB, PAT, La Razón, Gravetal y Provida, que podrían ser en realidad de Evo Morales o Álvaro García Linera. ¿Qué puede decir al respecto?

— Aunque eso no está aquí, se lo voy a decir en descargo de esto. Usted como periodista creo que conoce el Grupo Prisa ¿lo conoce? ¿Sabe qué es el Grupo Prisa?

— Sí.

— ¿Usted me podría decir qué es el Grupo Prisa?

— No, yo estoy haciendo la entrevista, yo simplemente quiero que me responda.

— La estamos grabando, la entrevista.

— Yo también la estoy grabando.

— Yo quisiera que usted dijera qué es el Grupo Prisa para no decirlo yo, eso es algo público, usted lo puede decir.

— Pero yo soy la que está haciendo la pregunta y está relacionada con estas empresas.

— Está bien, Ok. Ellos dicen que yo manipulé, etc., no sé, una cantidad de cosas ahí que no quiero mencionar, al que me vendió. El que me vendió fue el Grupo Prisa, entiende, el Grupo Prisa es un grupo internacional, es el dueño de El País, tiene participación en Le Monde, es Editorial Santillana, es un grupo realmente tradicional, iberoamericano, tiene la Radio Caracol en Colombia, tiene N compañías. [El Grupo Prisa] tuvo un problema X y tuvo que desinvertir en el año 2009, y una de las empresas en las que desinvirtió fueron El Extra y La Razón y yo las compré, públicamente, ellos están Bolsa, mi compañía holding también está en Bolsa. Esto es obligatorio, [afirmar otro procedimiento] es desconocer las normas y las leyes de los procesos que uno tiene que seguir cuando las compañías están en Bolsa. Entonces fue una compra entre privados totalmente transparente, donde aparezco yo directamente comprando las compañías que eran de ellos. Gracias a Dios que le compré al Grupo Prisa.

— ¿Y las otras empresas? ¡Usted tiene algo que ver con esto?

— No, absolutamente nada qué ver.

— Ninguna de las empresas o las tramas relacionadas que el senador Ortiz llama cadenas de propiedad y tramas en las que usted estaría al frente ocupando unos puestos, es decir, para hacer el frente de Evo Morales. Usted afirma y aclara que esto no es cierto, que como no conoció a Evo Morales no es su testaferro.

 — Yo no dije que no conocía a Evo Morales.

— Bueno que lo vio en una reunión…

 — En una reunión formal.

— Sí, pero de eso a ser testaferro hay mucha diferencia.

 — No le voy a contestar. Ya le dije a quién le compré, la Ferroviaria Andina se la compré a Genesis Wyoming que es una compañía americana, la otra ferroviaria se la compré a un grupo muy importante chileno, operaciones entre privados, gracias a Dios. Los dos diarios los compré al Grupo Prisa, públicamente, en la Bolsa en su momento y eso es todo lo que tengo y en donde estoy, tanto de accionista como de presidente.

— Lo que yo quería destacar, porque justamente dentro de todo el informe y de las declaraciones que se hicieron apuntan a enfocarlo [como testaferro]. Ahora usted me dice que [esto se dijo] de manera equivocada, que usted no tiene en lo absoluto nada que ver y que no es el testaferro de Evo Morales ni del exvicepresiente Álvaro García Linera. Es decir, damos por descontado eso. Entonces la posición del senador Ortiz que se basa mas o menos en esa misma línea estaría obviamente descartada y no sabemos las razones por las que él hizo esa afirmación.

— No lo sabemos. Se sabrá.

— Pero queda descartado.

— Bueno, queda descartado por los hechos. Es muy fácil decir que uno es A o B. Compruébalo. Yo soy una persona de tradición, de mucho trabajo, de mucho tiempo, si tú sabes lo que es Corimon, si sabes lo que es Montana y si sabes lo que fue Banco Internacional y sabes lo que fueron los otros bancos. Hoy en día tengo 22 mil empleados, consígueme un testaferro que tenga 22 mil empleados.

— No sé si puede responder esta pregunta, pero de todas maneras se la hago y usted ve si la puede responder o no. ¿Usted mantiene relación actualmente con el gobierno de Jeanine Añez?   

— Yo no mantengo relación con ningún gobierno. No los conozco. Si me llaman o si decido hacer otra inversión importante, pediré la cita. Pero no me han llamado ni he decidido hacer esa inversión importante.
                                                                                                    
¿Y con la Embajada de Venezuela en Bolivia?

— Con la Embajada de Venezuela en Bolivia ¿la anterior, dices tú?

 —La anterior y la actual.

—La anterior nunca tuve ninguna relación, jamás y con la actual tampoco, porque la actual no sé si está constituida o no.

—Sí está.

—Ok. Segundo, no voy a Bolivia.

— ¿Usted se encuentra en Caracas?

— Yo estoy en Madrid. Yo no voy a Caracas.

¿Usted tiene relación con el partido Voluntad Popular y con el presidente interino Juan Guaidó?

— Yo no tengo ninguna relación, mas que de amistad con varios partidos en varias partes. El conocimiento de algunos de sus miembros por la propia dinámica de la vida. Y con Juan Guaidó me une también una amistad por mis hijos, etc.

—¿Usted quiere leer su documento?

—Yo no tengo documento para leer. Yo tengo el documento suyo [la nota periodística] el que usted escribió y quería referirme a lo que usted escribió, pero en realidad creo que hemos cubierto todos los temas y más.

—¿Y quiere agregar algo más?

—Yo creo que no. Si tú quedaste suficientemente clara, creo que está bien así. Sólo querría decir algo puntual. No tengo ninguna relación de sociedad con la señora Leonor Montiel y sí tengo relación de sociedad con su esposo, Ricardo Ignacio Bedoya. La otra cosa que tratan de tergiversar es que ellos dos se mezclan en las dos ferroviarias, que uno es alterno al otro. Como alterno yo entiendo es que es como suplente.

— Alterno es cuando se cambia uno con otro.

— Bueno eso es totalmente falso, como te dije, son dos compañías totalmente diferentes. Ricardo Ignacio Bedoya  es director principal de Ferrorviaria Oriental, secretario de la misma como dices tú y Leonor Montiel de Bedoya es directora de Ferroviaria Andina y son dos compañías totalmente diferentes.

  Esa es la primera de las dos cosas que quiero aclarar porque es como si fuera a propósito para enredar todo esto.

   Y luego lo que es Constructora Gómez Núñez, que tú lo entiendas bien. Constructora Gómez Núñez Paraguay pertenece a un dueño que lleva el mismo nombre, Gómez Núñez. Esta Constructora se gana ser subcontratista de una de las compañías de las grandes y abre una filial que es Constructora Gómez Núñez Bolivia donde participa él, participa Carlos Gill y participa Ignacio Bedoya. Esta compañía Constructora Gómez Núñez Bolivia S.A. es la que ejecuta el mandato de su casa matriz, subcontrata varias compañías, una que hace la electricidad, porque solamente esto es para la parte civil del contrato que no equivale ni a 10 por ciento del contrato madre. Entonces, así como tú contratas a un carpintero, a un electricista, a un plomero. Se contrató a la Constructora Cotienne de la cual yo no soy socio, que tiene mucha experiencia en una de las áreas que es colocar las torres, como lo dice allí bien claro y después tergiversa otra vez. Entonces subcontrató a esa compañía como se contrata al carpintero. Al albañil, como se contrata al otro. De hecho, hizo su trabajo y se fue. El trabajo continúa, punto.

Entonces tratan de darle la vuelta muy malintencionadamente.

— ¿A qué cree usted que se debe esa tergiversación?

No lo sé, a lo mejor en la próxima entrevista sobre el informe de Ortiz, a lo mejor tú me puedas ayudar a que entre los dos lleguemos a alguna conclusión.  

¿De alguna manera a usted le han solicitado algún tipo de soborno algún político, alguna contribución para campañas electorales en Bolivia?

 —No.

¿No ha participado con recursos de sus empresas en ningún partido político?

— No

— ¿En Venezuela tampoco?


Ricardo Ignacio Bedoya: No tengo relación con el chavismo venezolano o el nefasto masismo boliviano

  Siendo Venezuela Política un portal de noticias que garantiza el derecho a réplica como lo establece la ley, presentamos a continuación las declaraciones del empresario, Ricardo Ignacio Bedoya, aludido en una nuestras reseñas periodísticas.

  A raíz de la publicación en estas páginas de la nota titulada “Ignacio Bedoya y Leonor Montiel: El matrimonio ligado a Carlos Gill, Evo Morales y el chavismo que ahora se desmarca y presentan como opositores”, publicada en estas páginas el día 26 de mayo de 2020, el aludido empresario Ricardo Ignacio Bedoya solicitó ejercer su derecho a réplica el cual presentamos en esta entrega.

  En primer lugar, Bedoya hace mención al encabezado de la nota (titular y sumario) el cual reza textualmente: “Ignacio Bedoya y Leonor Montiel: El matrimonio ligado a Carlos Gill, Evo Morales y el chavismo que ahora se desmarca y presentan como opositores (…) La relación de la pareja con exmandatario boliviano, Gill y el chavismo en Venezuela, está ampliamente documentada”.

  Sobre el mismo Bedoya dice: “Le aclaro, tal como se menciona en mis respuestas [presentadas líneas más abajo], que no tengo ninguna relación el con ex presidente Evo Morales, mucho menos con el chavismo venezolano o el nefasto masismo boliviano, siendo ampliamente conocido mi rechazo frontal hacia los mismos. En consecuencia, es imposible que esté ampliamente documentada esta falsa y difamatoria afirmación suya. Nuestro grupo empresarial tiene empresas en Bolivia desde hace más de 148 años demostrando nuestro compromiso con el país y la democracia boliviana, por lo que es mal intencionada y temeraria esa afirmación que seguramente le llegó por medio de personas mal informadas y que desconocen plenamente el actuar de mi persona y familia.”

  Seguidamente, Ricardo Ignacio Bedoya se remite a la primera parte de la nota en la que se dice que Carlos Gill es socio de la empresa OCM Trading S.A. de su propiedad, por lo que solicita rectificar en el sentido de que “Carlos Gill Ramírez dejó de participar en la misma desde marzo del 2019, momento en el cual se concluyeron exitosamente los proyectos privados en los que él mismo participaba. Esto es fácilmente comprobable, por lo que esta falsedad sólo se utiliza para confundir y posteriormente difamar.”

   Después se refiere a la parte de la reseña sobre la Ferroviaria Andina, donde dice: “La figuración de Leonor Montiel en el directorio de esta empresa sería en alternancia con la de su esposo, Ricardo Ignacio Bedoya”.

  Al respecto, Bedoya pide rectificar pues, “Dicha afirmación es completamente falsa, ya que jamás he formado parte del directorio de esa empresa, hecho fácilmente comprobable por lo que esta información falsa se utiliza para confundir con fines difamatorios.”

  A continuación, presentamos las respuestas de Ricardo Ignacio Bedoya a nuestras preguntas:

— ¿Mantiene o mantuvo usted alguna relación con el empresario Carlos Gill Ramírez?

— Soy socio del señor Carlos Gill Ramírez en la Empresa Ferroviaria Oriental, en la que también formo parte de su directorio. Además mantengo una participación minoritaria en la empresa Constructora Gómez Núñez S.A Bolivia, junto con él y otro socio. Con el Sr. Gill Ramírez llevamos adelante varios emprendimientos empresariales privados en Bolivia y otros países. Quiero decir también, que estoy orgulloso de la amistad que nos une con él y su familia desde el año 2005, ya que él es un empresario latinoamericano digno caracterizado por su ética y respeto a las leyes así como por su compromiso con sus trabajadores.”

— ¿Conoce al expresidente boliviano Evo Morales o a funcionarios de su administración?

— En mi calidad de empresario de larga trayectoria, que proviene de una familia honorable que ha contribuido desde hace más de un siglo al desarrollo de mi país, he tenido la oportunidad de conocer a varios presidentes bolivianos, incluyendo al señor Evo Morales. Principalmente en eventos sociales y en eventos relacionados a los gremios empresariales de Bolivia en los que siempre he tenido una participación activa. En cuanto a si conozco a funcionarios de la pasada administración, es importante acotar que al igual que todos los empresarios de este país se mantienen contactos con funcionarios de cualquier administración dada la naturaleza de nuestros negocios, razón por la cual conozco funcionarios de la anterior administración. Sin embargo, no mantuve ni mantengo ningún vínculo de amistad.

Asimismo, Ricardo Ignacio Bedoya sostiene lo siguiente:

— Le aclaro que en el informe del Senador Ortiz al cual usted se refiere no existe ninguna mención a mi persona. Por lo que desconozco a cuáles señalamientos se refiere y en dónde han sido publicados, ya que a la fecha no existe ese tipo de declaración hacia mi persona de parte del Senador Ortiz, a quien conozco, apoyo y tenemos vínculos de amistad desde hace mucho tiempo. Sin embargo, considero que se trata de afirmaciones temerarias sobre las que Ud. debería tener pruebas primarias, ya que las mismas están dañando mi trayectoria profesional y empresarial que siempre se ha caracterizado por la transparencia y apego a la legalidad. Cabe destacar que ninguna de las empresas en las cuales tengo participación con el Sr. Gill, tiene o ha tenido contratos o subcontratos con el Estado Boliviano, por lo que es totalmente falso y difamatorio afirmar que mis vinculaciones políticas y económicas permitieran negociaciones irregulares con la pasada administración.

— Precisa Oscar Ortiz que las empresas en la que usted figura o está relacionado directa o indirectamente a través de su cónyuge, se valdrían del mecanismo de las subcontrataciones para enmascarar la participación de Carlos Gill Ramírez en negocios irregulares con el estado boliviano. Este, presuntamente, sería el caso de Constructora Gómez Núñez y la Constructora Etienne S.A.-Cotienne S.A.? ¿Qué puede decir en su descargo?

— Nuevamente le aclaro que desconozco dónde el Senador Ortiz ha realizado tales afirmaciones falsas, ya que en el informe que usted menciona en su texto, no existe ninguna mención a mi persona. Igualmente le vuelvo a aclarar, que en ninguna de las empresas en las cuales tengo participación junto con el Sr. Gill, se ha contratado o subcontratado con el Estado boliviano, por lo que dichas afirmaciones sobre subcontrataciones enmascaradas o negocios irregulares son totalmente falsas y difamatorias. Igualmente, le aclaro que no tengo, ni he tenido nunca participación accionaria en la empresa Cotienne. S.A.”



Leonor Montiel Parra: No tuve ni tengo relación alguna con Evo Morales ni con el régimen criminal chavista

  Las declaraciones de Montiel Parra que presentamos en esta entrega, corresponden al derecho a réplica ejercido por la susodicha a raíz de su mención en una nota de nuestra autoría en las que el senador boliviano, Oscar Ortiz, se refirió a ella y a su esposo, Ricardo Ignacio Bedoya.

   Apegados a la ética que siempre ha caracterizado el ejercicio del periodismo de nuestra parte, presentamos las declaraciones de Leonor Montiel Parra en las que en su descargó niega categóricamente lo afirmado por el senador boliviano, Oscar Ortiz, cuando la señala, junto a su esposo, Ricardo Ignacio Bedoya, de participar en una supuesta trama de corrupción con el empresario Carlos Gill Ramírez.

  Se refiere Montiel Parra a la nota titulada “Ignacio Bedoya y Leonor Montiel: El matrimonio ligado a Carlos Gill, Evo Morales y el chavismo que ahora se desmarca y presentan como opositores”, publicada en estas páginas el día 26 de mayo de 2020.

  Solicita Montiel Parra rectificar las “afirmaciones falsas y difamatorias” que yo hago en mi artículo, por lo que consideramos pertinente aclarar que tales aseveraciones y señalamientos fueron formulados en realidad por el senador boliviano, Oscar Ortiz ya sea de viva voz, en declaraciones a los medios de comunicación y a través de un Informe de Fiscalización denominado “Carlos Gill Ramírez: El empresario favorito del MAS”, presentado ante el Congreso de Bolivia y que en Venezuela Política citamos como hecho noticioso.

Se refiere Leonor Montiel Parra, en primer término, al encabezado (titular y sumario) de la nota que reza: “Ignacio Bedoya y Leonor Montiel: El matrimonio ligado a Carlos Gill, Evo Morales y el chavismo que ahora se desmarca y presentan como opositores (…) La relación de la pareja con exmandatario boliviano, Gill y el chavismo en Venezuela, está ampliamente documentada” y al respecto dice: “De mis respuestas anteriores [nosotros las presentamos textualmente líneas más abajo] se desprende claramente que no tengo ninguna relación con el ex presidente Evo Morales o el masismo, y tampoco tengo, tuve ni tendré ninguna relación con el régimen criminal chavista que está usurpando el poder en nuestro país, Venezuela. Por lo tanto, no existe ninguna documentación que pruebe estas afirmación (sic) difamatorias”.

Seguidamente, Montiel hace mención a la sección de la nota referida a su persona en la que se dice que “Igualmente, Montiel Parra representaba legalmente a PDVSA en Bolivia” y, entonces manifiesta: “Dicha afirmación es falsa dado que trabajé en PDVSA S.A. hasta el año 1999. En consecuencia, nunca representé, ni jamás representaría a dicha empresa en ninguna parte del mundo mientras siga bajo el control del régimen criminal y usurpador del chavismo. En consecuencia, es imposible que existe prueba alguna sobre dicha información difamatoria.”

Como ya lo dijimos, tal aseveración la hizo el senador Ortiz y así se lee claramente en la nota que indica que “De acuerdo a las investigaciones del senador Oscar Ortiz, hasta el 21 de febrero de 2020, Montiel Parra también figura como representante legal de Constructora Gómez Núñez Bolivia S.A. y como directora titular de la Empresa Ferroviaria Andina. Igualmente, Montiel Parra representaba legalmente a PDVSA en Bolivia”.

Luego, Leonor Montiel Parra se remite al apartado de la nota que se refiere a Las Sociedades en donde dice: “También Leonor Montiel habría integrado la directiva de esta compañía en varias oportunidades”, sobre la cual dice que “Dicha afirmación es también totalmente falsa, ya que jamás he formado parte del directorio de la empresa Ferroviaria Oriental S.A.”

Después, Leonor Montiel cita el final de la nota en la sección referida a Ferro viaria Andina, en el que se dice que “La figuración de Leonor Montiel en el directorio de esta empresa seria en alternancia con la de su esposo, Ricardo Ignacio Bedoya.”, por lo que pide rectificar esto en virtud de que “Dicha afirmación es falsa, ya que mi esposo no ha formado nunca parte del directorio de dicha empresa, ni como principal ni como suplente, hechos fácilmente comprobables. En consecuencia, se trata de afirmaciones falsas pero que se están utilizando de manera difamatoria hacia mi persona.”

A continuación, la entrevista remitida a la Leonor Montiel Parra y sus respuestas:

— ¿Mantiene o mantuvo usted alguna relación con el empresario Carlos Gill Ramírez?

— El Sr. Carlos Gill Ramírez es un empresario latinoamericano reconocido por su ética empresarial en los países en los cuales desarrolla sus actividades de negocios. Mi relación con él se basa en mi participación en el Directorio del Ferroviaria Andina SA en la que él es accionista y con la empresa Constructora Gómez Núnez S.A, Bolivia. En la cual él mismo también posee una participación accionaria y yo estoy a cargo de la representación legal. No soy, ni he sido socia del Sr. Gill Ramírez en ninguna de sus empresas.

— ¿Conoce al expresidente boliviano Evo Morales o a funcionarios de su administración?

— No lo conozco personalmente, solo a través de los medios de comunicación. En cuanto a funcionarios de su administración, no sé a qué se refiere, ya que todos los habitantes de este país tenemos que tratar con funcionarios de cualquier administración en nuestra vida cotidiana, desde el trámite de una licencia, autorizaciones aduaneras, pagar por los servicios públicos o elevar una queja. Sin embargo, en todo caso le confirmo que no mantengo relación de ningún tipo con funcionarios de la pasada administración, mas allá de lo ya mencionado.

— El senador Oscar Ortiz la señala de formar parte del grupo de personas que integran el círculo de acción del empresario Gill Ramírez, bien por sus vinculaciones económicas como políticas. Estas empresas, refiere el parlamentario participarían, supuestamente, en negociaciones irregulares suscritas con la administración de Evo Morales. ¿Qué puede decir al respecto?

— No puedo responder sobre lo que opina su fuente de información, sin embargo, se trata de opiniones difamatorias sin ningún tipo de basamento cierto. Lo que puedo afirmar es que mi trayectoria profesional y empresarial en los diferentes países en los que he trabajado, siempre se ha enmarcado en la ética y las leyes, de manera estricta. Mi hoja de vida habla por sí misma. Adicionalmente, le aclaro que ninguna de las empresas en la cuales trabajo, ha tenido o tiene contratos con el Estado boliviano, por lo que es imposible tener entonces lo que usted difamatoriamente califica como “negociaciones irregulares” basadas en mis supuestos vínculos políticos y económicos. Todas nuestras contrataciones son entre privados y ajustadas como siempre a la estricta legalidad y transparencia.”

— Precisa Oscar Ortiz que las empresas en la que usted figura o está relacionada directa o indirectamente a través de su cónyuge, se valdrían del mecanismo de las subcontrataciones para enmascarar la participación de Carlos Gill Ramírez en negocios irregulares con el estado boliviano. Este, presuntamente, sería el caso de Constructora Gómez Núñez y la Constructora Etienne S.A.-Cotienne S.A.? ¿Qué puede decir en su descargo?

— Le ratifico nuevamente que las empresas en las cuales trabajo y en las que Sr. Carlos Gill tiene algún tipo de participación accionaria, no tienen, ni nunca han tenido contrataciones o subcontrataciones con el Estado Boliviano, por lo que nuevamente toda la precisión a la cual se refiere es absolutamente falsa y difamatoria.

miércoles, 18 de marzo de 2020

El conglomerado de empresas de Carlos Gill Ramírez que desataron las acusaciones del senador boliviano Oscar Ortiez

   En esta entrega damos a conocer las empresas que el venezolano-paraguayo posee en Bolivia, las cuales le sirvieron para llevar a cabo una serie de negociaciones con el gobierno del expresidente Evo Morales, sobre las cuales hoy día está puesta la lupa, por las supuestas irregularidades que las envuelven.

Por Maibort Petit
@maibortpetit

   La reciente denuncia formulada por el senador y aspirante a la presidencia de Bolivia, Oscar Ortiz, encendió las alarmas y fijó la atención de la opinión pública sobre las empresas propiedad del venezolano-paraguayo, Carlos Gill Ramírez, un hombre que habría amasado una gran fortuna a la sombra del chavismo y sus relaciones con el poder afín al llamado Socialismo del siglo XXI impulsado por el finado Hugo Chávez.
  En Venezuela Carlos Gill Ramírez se habría enriquecido a la luz de la crisis bancaria de finales del siglo XX, hecho que retrató el periodista César Batiz en un reportaje publicado en 2010 en el diario Últimas Noticias —en la actualidad borrada del historial del periódico—, el cual fue el resultado de una investigación que transparentó las operaciones llevadas a cabo en Banorte, cuando otorgó créditos a plazo a por lo menos cinco empresas fantasmas el 18 de agosto de 2009. La nota refirió que dicho banco fue objeto de medidas administrativas por parte de la Superintendencia de Bancos (Sudeban), “órgano que también objetó el traspaso de acciones entre Carlos Gill Ramírez (Seguros Nuevo Mundo, Bancentro y hermano del dueño de Fondo Común Víctor Gill) y Zambrano, pues se desconocía el origen del capital utilizado para pagar $52 millones a mediados de 2008”[1].

   Batiz agregó en su reseña que Gill Ramírez supuestamente recibió USD 52 millones José Zambrano Lucero como pago por el Banco Banorte, una cantidad que llamó la atención de la Superintendencia de Bancos, la cual objetó el traspaso de acciones pues se estableció con claridad el origen del capital pagado. Por su parte, la Oficina Nacional Antidrogas (ONA) indagó con el comprador acerca del origen de los fondos y pidió a los órganos de inteligencia investigar esta situación, un mandato que sin explicación alguna fue desobedecido. Banorte fue intervenido por el gobierno de Hugo Chávez, año y medio después de que Gill Ramírez vendiera la institución financiera.

  En la actualidad preside el Grupo Corimón y forma parte de los accionistas del diario El Nacional.

Las empresas de Gill en Bolivia

  A la sombra de sus relaciones con el expresidente boliviano Evo Morales, Carlos Gill Ramírez constituyó una serie de empresas en la nación del altiplano, las cuales —de acuerdo a los señalamientos del senador Oscar Ortiz— habrían sido utilizadas para entablar negociaciones irregulares.

  La revista Economy 21 refirió en una nota publicada el 3 de julio de 2018 que Carlos Gill Ramírez es propietario de siete empresas en Bolivia, a las que se suma un fondo de inversiones, las cuales significaron una inversión de USD 320 millones de dólares, proyectando el empresario —para la fecha de la publicación —inversiones por USD 350 millones para los próximos 4 años.

  Gill Ramírez hizo estas revelaciones a Economy en Paraguay en una de sus empresas en es país, donde precisó que el Grupo Carlos Gill Ramírez en Bolivia lo constituyen Ferroviaria Oriental, Ferroviaria Andina, la constructora Cotienne, OCM Trading, los diarios La Razón y Extra, Tiendas Montana y la Sociedad Administradora de Puertos Continental (Sapcon). “En Bolivia hemos invertido unos $us 300 millones en nuestras empresas de logística y más de $us 20 millones en las demás”, aseguró[2].

  Entretanto, el portal Página Siete[3] presenta una cronología de sus adquisiciones en Bolivia desde su arribo en 2008, cuando fue introducido al gobierno de la mano del exembajador venezolano de entonces en el país, Julio Montes. Gill Ramírez compró las televisoras ATB, PAT y los diarios Extra y La Razón de La Paz, “y los vinculó editorialmente con el MAS (…) En junio de 2014, el empresario venezolano compró del grupo Genesse Wyoming de Estados Unidos el 50% de las acciones de la Ferroviaria Oriental, que presta servicios en Santa Cruz y Tarija con conexiones a Brasil y Argentina. 14 meses después, en septiembre de 2015, Gill compró del grupo chileno Luksic la mitad de las acciones de la Ferroviaria Andina de Bolivia, que opera en Oruro y Potosí y realiza la conexión con Chile. Ambas vías son fundamentales para el corredor bioceánico que unirá el Atlántico con el Pacífico”.

Sobre Gravetal

  La publicación cita al periódico El Día, el cual informó que Gill también es dueño de Gravetal, la principal empresa de producción, logística y comercialización de aceite y otros derivados de soya de Bolivia. Según la nota, esta compra “tiene una curiosa historia que comenzó en el primer periodo de Morales” remitiéndose a una reseña del diario Los Tiempos del 22 de noviembre de 2009, donde se dice que el MAS planificó la compra de dicha empresa. De hecho, Juan Valdivia Almanza, exdiputado por el MAS, figura en el directorio de la compañía, detentando el 5 por ciento de las acciones.

  Página Siete agrega que Sebastián Rivero Guzmán, hermano de la diputada del MAS, Susana Rivero Guzmán, también aparece como tercer director titular de Gravetal. La publicación indica que el 10 de septiembre de 2015, Sebastián Rivero transfirió el 0,50 por ciento de las acciones —a saber, 1.506 acciones — a Katarina María Emilia Gumucio Stambuk, quien fue delegada presidencial en Cochabamba en el primer gobierno de Evo Morales.

  El portal Hoy Bolivia había dado esta información en una nota publicada el 17 de junio de 2008, cuando indicó que Gravetal había pasado a manos de capitales venezolanos al haber vendido Juan Manuel Osorno, socio mayoritario “su paquete accionario (77,5 por ciento) a Monómeros Colombo Venezolanos, un conglomerado industrial de propiedad de Petroquímica de Venezuela (Pequiven), a su vez filial de la millonaria Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa). La empresa Monómeros es acusada en Colombia de llevar a cabo un trabajo ideológico a favor del chavismo[4].

¿Testaferrato?

  El senador Ortiz, quien ha acusado las supuestas operaciones irregulares de las empresas de Gill Ramírez con el estado boliviano en tiempos de la administración de Evo Morales, ya en diciembre de 2019 había dejado sobre el tapete sus sospechas acerca de quién es el verdadero propietario de ATB, PAT, La Razón, Gravetal y Provida, se lee en una nota de Correo del Sur[5].

  Ante las insinuaciones de Ortiz salió al ruedo Evo Morales, quien negó mantener relación alguna con dichas empresas, respondiendo así al parlamentario, quien interrogó al exmandatario si sabía que los ejecutivos de estas compañías "reportaban" su gestión al exvicepresidente, Álvaro García Linera.

  La nota cita a Morales quien en su cuenta en la red social Twitter escribió: "Quienes me acusan de ser dueño de un conglomerado de empresas, que presenten una sola prueba de que soy socio o dueño de las mismas. Es otra vil mentira montada por el gobierno de facto de Añez, Camacho y Mesa, en su plan de persecución y acoso".

  La respuesta de Ortiz a Morales fue que "‘obviamente en estos casos no aparecen los nombres de los propietarios reales, sino de quienes figuran por ellos’. El senador dijo que en toda esta relación hay un hombre clave: el empresario paraguayo-venezolano Carlos Gill, el ‘favorito’ del MAS, cuyo representante legal sería Hurtado”.

  Se refería al presidente del directorio de ATB, Marcelo Hurtado Sandoval, quien también se sumó a la polémica y negó ser representante legal de Gill y de sus operaciones e inversiones en Bolivia, así como tener alguna relación con García Linera y Morales. También “niega ser dueño o representante legal de Gravetal, La Razón y PAT, pero admite que es uno de los socios de ATB y dueño del 40% de las acciones de la empresa de seguros Provida, aunque en ninguno de los dos casos aclara desde cuándo es dueño ni a cuánto compró el paquete accionario”, refirió la nota de Correo del Sur.

  Pero el propio Carlos Gill niega la propiedad de la empresa en una entrevista concedida al portal El Deber: “Es fácil investigar, me preguntan todavía si soy dueño de Gravetal, la vendió el presidente de Cainco, entonces deben preguntarle a él. Es fácil investigar, cotizamos en la Bolsa Boliviana de Valores, donde todo es transparente”[6].

Ubicación privilegiada

  Oscar Ortiz manifiesta que los supuestos intereses de Gill Ramírez en Gravetal estarían dados por la ubicación privilegiada de su complejo agroindustrial a orillas de Arroyo Concepción, en el municipio Puerto Quijarro de la provincia Germán Busch del departamento de Santa Cruz, donde se beneficia de las ventajas que ofrece la Hidrovía Paraguay-Paraná, sobre la cual tiene montada gran parte de su operación logística y gran cantidad de proyectos a futuro.

   Refiere que en ese mismo sitio opera también la Sociedad Administradora de Puertos Continental (SAPCON), la cual es igualmente una empresa de su propiedad dedicada a prestar servicios portuarios, de transporte, manipulación de carga, depósito y/o almacenamiento en instalaciones portuarias.

  Cuando se produjo la compra de Gravetal, en Bolivia se volcaron las miradas hacia esta operación, pues se trataba de una compañía de capital privado con gran influencia en el sector agroindustrial aceitero de Santa Cruz, asociada con otra empresa de capitales públicos vinculados al gobierno en tiempos de Hugo Chávez. “Entre el empresariado cruceño la susceptibilidad se despertó principalmente a partir del hecho de que, si Gravetal estaba a la venta, y es una empresa vital para mantener el equilibrio de precios en la agroindustria aceitera nacional, ¿por qué no se manifestaron los inversionistas bolivianos?”, expresó el senador.

   Se hace eco de las interrogantes en la nota de Hoy Bolivia se formulan acerca de los supuestos intereses políticos que a Monómeros Colombo Venezolanos tendría en Colombia y que apuntarían al ámbito ideológico.

  Subraya, además, la evidente relación existente entre Gravetal y funcionarios de la alta cúpula gubernamental de Evo Morales, transparentada en el hecho de que entre marzo de 2009 y julio de 2010, Sebastián Rivero Guzmán, hermano de la diputada del MAS y exministra de Desarrollo Rural, Agropecuario y Medio Ambiente, Susana Rivero Guzmán, formó parte del directorio de la empresa y luego fue Gerente de Logística hasta el 17 de agosto de 2015, cuando renunció.

   Ortiz sostiene que, para el mes de junio del 2019, figuraban como accionistas de Gravetal, Inversoja S.A. con 298.262 acciones (99 por ciento del capital social), Katarina María Emilia Gumucio Stambuk (exdelegada presidencial de Evo Morales en Cochabamba) con 1.506 acciones (0,5 por ciento del capital social); y Juan Valdivia Almanza, exdiputado por el MAS, con 1.506 acciones (0,5 por ciento restante del capital).

  Juan Valdivia Almanza también figura como presidente del Directorio de Gravetal y Katarina María Emilia Gumucio Stambuk aparece como directora suplente.

Hombre de medios

  En julio de 2008 Carlos Gill Ramírez llegó a Bolivia luego de comprar el periódico La Razón, una decisión que adoptó, según él mismo informó, cuando sus socios del Grupo Prisa le hicieron el ofrecimiento.

  Otras versiones apuntan que, al llegar Gill a Bolivia, fue presentado al entonces vicepresidente de la república, Álvaro García Linera, por el exembajador de Venezuela en Bolivia Julio Montes Prado[7].

   Por cierto, la compra de La Razón en Bolivia habría tenido eco en Venezuela donde, según una investigación de Armando.Info que cita Página Siete[8], Carlos Gill Ramírez estaría detrás de la compra masiva de El Universal y Últimas Noticias, cuya línea editorial cambió drásticamente a favor del chavismo después de pasar a las manos de sus nuevos propietarios, cuya identidad se ha mantenido blindada.

 “En una nota titulada ‘Citizen Gill’, haciendo eco de la afamada película de la década de los años 40 Citizen Kane, que retrata la vida de un empresario de la prensa, el periodista Alfredo Meza describe las operaciones de Gill. Meza recuerda que el flamante presidente de El Universal, nombrado después del traspaso de las acciones, es Jesús Abreu Anselmi, que es hermano gemelo del presidente del directorio de Ferroviaria Oriental, Enrique Abreu Anselmi, nombrado en ese cargo por Gill. Según el portal web venezolano, Enrique representa, como presidente del directorio de Ferroviaria Oriental, los intereses de Gill, de acuerdo con datos oficiales que recolectó de la ASFI”.

  El trabajo periodístico explica que se constituyeron dos empresas, a saber Latam Media Holding, en Inglaterra, y Epalisticia, en España, respectivamente, como camuflaje de los verdaderos compradores bajo una figura que esconde la identidad de los dueños. Son sociedades creadas para llevar a cabo determinadas operaciones, en este caso, la compra de los citados medios de comunicación.

   La nota subraya que esta fue la modalidad adoptada para la compra de La Razón y Extra en Bolivia, que fueron adquiridos por la empresa Akaishi, “también abierta en España unos meses antes de la operación y también constituida con 3.500 euros de capital, el mínimo exigido por las normas españolas. Al igual que Epalisticia, Akaishi no tenía página web, no tenía ejecutivos contratados, no daba servicios y tenía como domicilio legal un edificio en el que operan varias entidades similares. Se sabe que, a principios de 2013, Jaime Iturri, director de ATB, y Marcelo Hurtado, gerente general, se trasladaron a Barcelona para cambiar los nombres de los accionistas de Akaishi”.

  La nota recoge las afirmaciones del periodista Raúl Peñaranda Undurraga, las cuales son producto de su investigación vertidas en su libro “Control remoto”, donde relata estos procesos de adquisición de medios de comunicación , tanto en Venezuela como en Bolivia, presuntamente por parte de Gill Ramírez.

  Peñaranda Undurraga narra que el empresario constituyó a su llegada a Bolivia la Fundación S.XXI, la cual se encargaría de la exportación de textiles bolivianos a Venezuela. Este negocio serviría para paliar los efectos de la pérdida que Bolivia experimentaba por la aplicación de la “Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de la Droga”, (ATPDEA por sus siglas en inglés), con Estados Unidos. Gill Ramírez iba a ser el nexo del gobierno boliviano con la empresa Suministros Venezolanos Industriales (SUVINCA), encargada de promocionar la venta de los textiles.

  El libro de Peñaranda narra que con el arribo de Carlos Gill a Bolivia se destrabaron las negociaciones del Grupo PRISA para la venta de La Razón, acordándose que el empresario venezolano tomara el control del citado diario y de Extra.

Akaishi: la empresa vehículo

  Como ya se dijo líneas arriba, la compra de La Razón se llevó a través de la empresa Akaishi, la cual se convirtió en el vehículo de la operación con el Grupo Prisa, de tal manera de poder mantener la identidad de Carlos Gill en resguardo.

  Indica el periodista que la operación de venta se materializó el 1º de octubre de 2008 con la intermediación de la vicepresidencia boliviana, aunque sólo se hizo pública hasta enero de 2009. Para abril de 2010 comenzó a decirse que Gill Ramírez había comprado el periódico en medio de un intercambio de acciones de una red de TV norteamericana que poseía. Eso sí, agrega que las presiones del gobierno boliviano para con el Grupo Prisa para que vendiera el diario, comenzaron desde antes de la llegada de Gill Ramírez al país, mediante inspecciones técnicas, visitas de los agentes de impuestos, entre otras.

  El Grupo Prisa informó el 20 de enero de 2009 a la Comisión Nacional de Valores de España, que había transferido el 25 por ciento de sus acciones de ATB a una empresa domiciliada en Barcelona, denominada Akaishi Investments S.L.

  De acuerdo con el portal eInforma[9], Akaishi Investments S.L. es una empresa ya extinguida, inscrita el 28 de agosto de 2008 en el Registro mercantil de Barcelona, cuyo domicilio era Plaza Catalunya, 20, Piso 9, municipio Barcelona, provincia Barcelona. Su Código de Identificación Tributaria (CIF) era B64938350.

  El objetivo social de la compañía era la “adquisición, tenencia, disfrute y administración, dirección y gestión de títulos valores y/o acciones representativas de los fondos propios de sociedades salvo instituciones de inversión colectiva, etc. (…) La clase CNAE a la que pertenece es 6420 - Actividades de las sociedades holding (…) La cifra aproximada del capital social de esta empresa es De 0 a 3.100 €. La cantidad de actos existentes en el BORME es de 12 y aparece dada de alta en la provincia Barcelona del Registro Mercantil”.

  El portal Axesor agrega que “Su último depósito de cuentas disponible es el de 2014 y su último anuncio en BORME ha sido publicado el 22/11/2016, en el Registro Mercantil de Barcelona, Boletín 222, Referencia 470478. Este cambio ha sido Revocaciones, inscrito el 14/11/2016, Tomo 40747, Folio 40, Sección 8, Hoja 373603, Inscripción 5. Por otro lado, la última modificación no mercantil de Akashi Investments SL ha sido Nueva información de crédito, el 24/11/2016”[10].

  La Comisión Nacional de Valores de España informó que la venta fue por USD 4,1 millones de dólares. El restante 75 por ciento de las acciones estaba en manos de La Razón, adquiriendo también sobre ellas, Akaishi Investments S.L., la opción de compra, así como del diario Extra.  

  Akaishi Investments S.L. carecía de página web, ni tampoco tenía ejecutivos contratados, no ofrecía servicios y su dirección también lo era de varias entidades similares.  

  A inicios de 2013, el director de ATB, Jimmy Iturri Salmón, así como Marcelo Hurtado Sandoval, gerente general, fueron a Barcelona para cambiar los nombres de los accionistas de Akaishi Investments S.L., cuenta Peñaranda Undurraga en su libro, donde agrega que el 29 de octubre del año 2015 Iturri Salmón anunció que compraría La Razón por USD 4,5 millones. Subraya el periodista que Carlos Gill Ramírez niega ser propietario de ATB, aunque admite la propiedad de La Razón y Extra.

   Hace referencia a una investigación que adelantó con el senador Arturo Murillo Prijic, en la que establecieron la estructura accionaria de La Razón y de los socios de las empresas accionistas de Comunicaciones El País S.A., propietaria del periódico La Razón, las cuales conducen directamente a Carlos Gill Ramírez.
   Tal estructura fue construida a partir de las actas de las asambleas de accionistas de Comunicaciones El País S.A. en la que figuran una red de empresas, a saber, Inversiones Grupo de Prensa IGMC S.A., Inversiones en Radiodifusión S.A., Informaciones Extra S.A., Kimarcus S.R.L, en la que los nombres de Alejandro Antezana Salvatierra, Rafael Enrique Abreu Anselmi, Carlos Rodolfo Gill Márquez y Josefa María Gómez de Gill, son los denominadores comunes.

  Entretanto, las actas de asamblea de accionistas de la empresa Illimani de Comunicaciones S.A., dan cuenta de que esta es propietaria de la Cadena de Televisión ATB. Mientras tanto, Comunicaciones El País S.A. posee a Inversiones en Radiodifusión S.A. y esta es dueña de 25 por ciento del capital social de Akaishi Investments S.L. y de74,99 por ciento de Inversiones L.G. S.A. Marcelo Hurtado Sandoval posee 0,01 por ciento y figura como apoderado y representante de tanto de Akaishi como de Inversiones L.G., con lo que, aun teniendo una participación accionaria mínima, controla la sociedad y representa a socios corporativos.

   La investigación estableció que detrás de las empresas propietarias de ATB, estaba Akaishi Investments, S.L. con 99,98 por ciento por ciento del capital social, representada por Marcelo Hurtado Sandoval en calidad de persona natural como propietario de una acción y Walter Zuleta Buitrago también con una acción.
   Si bien las actas de accionistas de Illimani de Comunicación S.A. no muestran a Carlos Gill Ramírez, sí refieren la participación de Inversiones en Radiodifusión S.A. con 0,2238 por ciento del capital social de Comunicaciones El País S.A.

   Marcelo Hurtado Sandoval juega un papel central en las empresas involucradas, Inversiones en Radiodifusión S.A., Akaishi Investment, S.L. e Inversiones L.G. S.A.
  Sobre esta negociación, la periodista Lupe Cajías de la Vega, expresidenta de la Asociación de Periodistas de La Paz, descalificó la operación en una columna de opinión publicada en Los Tiempos el 13 de octubre de 2017 que reproduce el blog Casos de Corrupción, en la que refiere que “Carlos Gill, esposo de una comunicadora, compró y hundió uno de los más sólidos periódicos paceños al ponerlo al servicio del oficialismo, a pesar del capital inyectado, a pesar de la publicidad estatal, a pesar de heredar un producto diverso y profesional. Lo hizo en silencio, escondido”[11].

Otros medios de Carlos Gill Ramírez

  Además de La Razón y Extra, en Bolivia, Carlos Gill Ramírez es propietario del canal español Vme Tv, la revista Hola de Venezuela y el diario digital venezolano ALnavío. La familia de su esposa es propietaria de El Nacional.

  Como también se informó anteriormente, Gill Ramírez forma parte del Grupo Prisa, propietario del diario El País de España, entre otros.


[1] Noticias Candela. “Con empresas fantasmas guisaron a Banorte”. 26 de octubre de 2012. https://www.noticiascandela.informe25.com/2012/10/banorte-habria-entregado-creditos.html

[2] Economy 21. “Carlos Gill tiene siete empresas en Bolivia y ha invertido más $us 320 millones”. 3 de julio de 2018. https://www.economy.com.bo/portada-economy/2-uncategorised/411-carlos-gill-tiene-siete-empresas-en-bolivia-y-ha-invertido-mas-us-320-millones

[3] Página Siete. “Gill y Zapata, empresarios proMAS con negocios millonarios”. 7 de febrero de 2016. https://www.paginasiete.bo/opinion/andres-gomez-vela/2016/2/7/gill-zapata-empresarios-promas-negocios-millonarios-85955.html



[4] Hoy Bolivia. “¡Vendida!: Gravetal se queda en manos de capitales venezolanos”. 17 de junio de 2008. https://www.hoybolivia.com/Noticia.php?IdNoticia=3060

[5] Correo del Sur. “Elevan la polémica sobre la propiedad de cinco empresas”. 16 de diciembre de 2019. https://correodelsur.com/politica/20191216_elevan-la-polemica-sobre-la-propiedad-de-cinco-empresas.html



[6] El Deber. “Carlos Gill revela que es parte del tren biocéanico”. Sin fecha. https://eldeber.com.bo/105515_carlos-gill-revela-que-es-parte-del-tren-bioceanico



[7] Rimay Pampa. “¿Tráfico de influencias? Zapata y Gill, dos empresarios proMAS con negocios millonarios”. 6 de febrero de 2016. https://rimaypampa.blogspot.com/2016/02/trafico-de-influencias-gill-y-zapata.html

[8] Página Siete. “Carlos Gill, detrás de la compra de El Universal”. 20 de diciembre de 2014. https://www.paginasiete.bo/ideas/2014/12/21/carlos-gill-detras-compra-universal-41913.html



[9] eInforma. Akaishi Investments S.L. (Extinguida) https://www.einforma.com/informacion-empresa/akaishi-investments

[10] Axesor. Akaishi Investments S.L. Barcelona. https://www.axesor.es/Informes-Empresas/5487208/AKAISHI_INVESTMENTS_SL.html



[11] Los Tiempos. “Gill no es un Gil” en Casos de Corrupción. 13 de octubre de 2017. http://casosdecorruptos.blogspot.com/2017/10/adecuado-el-titulo-gill-no-es-ningun.html