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miércoles, 3 de marzo de 2021

Irregularidades y mentiras de la Fiscalía de Nueva York beneficiaron a Ali Sadr Hashemi Nejad, hallado culpable de haber violado las sanciones impuestas por EE. UU. a Irán

   Cual castillo de naipes se derrumbó el caso de violación de las sanciones impuestas por EE. UU. a Irán, fraude y lavado de dinero, a través del programa de viviendas del finado Hugo Chávez.

Por Maibort Petit

  Aún cuando el banquero iraní, Ali Sadr Hashemi Nejad, fue declarado culpable por un jurado, el caso dio un vuelco inesperado en el que se invirtieron los papeles y, de acusado, el propietario del Pilatus Bank, pasó a ser acusador al conocerse los manejos irregulares y las mentiras de la fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, encargada de la investigación. En los últimos días se han conocido los documentos que los fiscales ocultaron de los abogados del imputado, aun a sabiendas de que los mismos habrían ayudado a los abogados en la defensa de su representado.

   La contundencia de una serie de mensajes de texto privados, correos electrónicos y un documento clave, una carta del Commerzbank al Departamento del Tesoro de Estados Unidos a la atención del despacho encargado de hacer cumplir las sanciones, dados a conocer recientemente por la prensa, llevaron a la juez de la causa, Alison Nathan, a recomendar al departamento de Justicia, investigar la probable conducta irregular de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, específicamente a la Unidad de Terrorismo y Narcóticos Internacionales.

  La “mentira rotunda” como reconoció el fiscal Emil Bove, supervisor junto a Shawn Crowley, de la citada unidad, tenía un valor exculpatorio para Ali Sadr Hashemi Nejad, pero los fiscales del caso lo mantuvieron oculto y después pretendieron “enterrarlo” entre un grupo de documentos que remitieron a la defensa, creyendo que tal acción pasaría desapercibida.

  No ocurrió así, pues los abogados de Sadr captaron casi de inmediato que la carta del Commerzbank no había sido entregada en su momento, sino cuando el juicio estaba a punto de completarse. La fiscal federal adjunta, Jane Kim, se percató de que el documento que quería presentar como prueba no había sido compartido con los defensores de Sadr, lo cual se erigía como una posible violación de las reglas del debido proceso. La fiscal Kim fue “aconsejada” por una colega de esperar "hasta mañana y lo enterraran en algunos otros documentos".

Ali Sadr Hasheminejad fue declarado culpable de violar las sanciones de EE. UU. contra Irán, fraude bancario y lavado de dinero de los programas de viviendas de Hugo Chávez

  La situación se complicó cuando los supervisores Bove y Crowley, lejos de corregir el comportamiento irregular se dedicaron, particularmente la segunda, al dedicarse “el resto de la noche a limpiar mi oficina".

  El enredo de la fiscalía la llevó a que en julio de 2020 retirara la acusación referida a la violación de las sanciones impuestas al régimen iraní, debido a la omisión intencional de entregar pruebas que podrían haber exculpado al acusado.

La decisión de la juez

  El pasado 17 de febrero de 2021, la juez Alison J. Nathan, se pronunció sobre el enjuiciamiento de Ali Sadr Hashemi Nejad por la presunta evasión de las sanciones contra Irán, refiriendo que el proceso “se vio empañado por repetidas omisiones en la divulgación de pruebas exculpatorias y el uso indebido de las devoluciones de órdenes de registro. Estos errores fueron tan graves que, tras el veredicto del jurado a su favor, el Gobierno determinó que el enjuiciamiento del caso no redundaría en beneficio de la justicia. A solicitud conjunta de las partes, la Corte anuló el veredicto del jurado y desestimó los cargos contra el Sr. Sadr con prejuicio”.

  Explica la juez en su decisión que la corte se centró fundamentalmente en la carta de Commerzbank a la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), marcada como GX 411, la cual no fue revelada por la fiscalía hasta días después. El documento estaba en poder del fiscal desde antes de que el gobierno comenzara la investigación contra Sadr y, sin embargo, no fue compartido con la defensa hasta el 7 de marzo de 2020, un día después de que decidieron presentarlo como prueba. Específicamente, los fiscales de la Oficina del Fiscal de Distrito de Manhattan un informe de la OFAC que se convirtió en GX 411 en una investigación separada alrededor de marzo de 2015. Dicho fiscal se incorporó al equipo de la fiscalía en junio de 2017 y encontró el documento nuevamente mientras revisaba los archivos en su oficina a fines de 2019 y lo mencionó al resto del equipo en un correo electrónico del 19 de diciembre de 2019. En esos correos se explicó que Commerzbank había actuado como intermediario para uno de los pagos subyacentes a los cargos del gobierno contra Sadr y presentó un informe a la OFAC. 

  Agrega que los fiscales discutieron la mejor manera de entregar el documento a la defensa sin llamar la atención sobre su divulgación tardía. Cuando se les pidió una explicación trataron de minimizar los hechos y el Tribunal le ordenó explicar si había informado a la defensa que GX 411 no había sido previamente revelado en el descubrimiento, dio a entender falsamente que sí.

   La Corte ordenó a los fiscales presentar sus declaraciones el 16 de septiembre de 2020 detallando cómo se enteraron del documento, cuándo se dieron cuenta de que tenía valor exculpatorio y qué papel desempeñaron en la redacción del expediente.

  Los fiscales presentaron sus declaraciones y solicitaron no hacer más investigaciones, así como también que las mismas y sus anexos se mantengan sellados.

  Del mismo modo, la corte informa que, en sus presentaciones más recientes, el Gobierno informó de otra falta de divulgación en este caso, la cual está relacionada con la revisión del FBI de las declaraciones de órdenes de registro sin procesar proporcionadas por la Oficina del Fiscal de Distrito de Manhattan. 

  Pese a estas circunstancias, el tribunal no estima que los fiscales hayan retenido a sabiendas información exculpatoria o tergiversado intencionalmente los hechos a la Corte y, a la luz de esto, no se emprenderán más investigaciones. “En cambio, el Tribunal insta a la Oficina de Responsabilidad Profesional (OPR) del DOJ a que se lleve a cabo una investigación completa de todos los asuntos relacionados con la mala conducta del fiscal en este caso. Además, el Gobierno ha manifestado que está implementando nuevos protocolos de capacitación para fiscales y agentes de casos del FBI y mejorando su infraestructura para la gestión y divulgación de datos”.

  Los fiscales no volvieron a discutir sobre el documento hasta el 6 de marzo de 2020, cinco días después del juicio, cuando la fiscal Lake descubrió el correo electrónico del 10 de enero en su bandeja de entrada mientras revisaba correos electrónicos antiguos y lo reenvió a otros fiscales. En el mensaje dijo no estar segura de si el Gobierno lo había presentado a la defensa. Es por ello que la juez no encuentra que los fiscales retuvieran intencionalmente el documento. Sin embargo, advierte que es evidente la falta de divulgación de la carta se debió a una falta de comunicación entre los miembros del equipo de acusación y una falta bastante grave de atención a sus obligaciones de divulgación. 

   La Corte enfatiza que el manejo de los fiscales de la prueba, incluida la falta de atención a su potencial valor exculpatorio, estuvo muy por debajo de sus obligaciones constitucionales y éticas. Por un lado, debieron haber reconocido el potencial valor exculpatorio del documento, como los Jefes de Unidad ahora testifican que lo hicieron cuando revisaron el documento por primera vez. Pero, incluso, si no estaban seguros de si el documento habría sido valioso para la defensa, deberían haberlo presentado.

   Subraya la juez, que el mal manejo de los fiscales no terminó con la falta de divulgación de la prueba, sino que se extendió al haber diseñado una serie de acciones destinadas a distraer la atención de la divulgación tardía y minimizar la aparente culpabilidad del Gobierno.

El pronunciamiento 

   La juez Alison Nathan concluyó que, si bien los errores y lapsos éticos del Gobierno en el caso son omnipresentes, la Corte no encuentra que los fiscales hayan ocultado intencionalmente documentos a la defensa o hayan engañado intencionalmente al tribunal.

  Considera la Corte que la Oficina de Responsabilidad Profesional debe investigar el caso y espera que el Departamento de Justicia debe tomar medidas para garantizar que estos errores no se repitan.

   La juez negó las solicitudes para sellar las declaraciones, anexos y cartas presentadas en respuesta a la Opinión de la Corte del 16 de septiembre.

   También se ordenó que los fiscales entregaran sus declaraciones y anexos en el expediente público a las dos semanas de la decisión; mientras que la defensa lo hiciera el 13 de noviembre de 2020. Entretanto, la fiscalía debía entregar su carta el 20 de noviembre de 2020. 

  Igualmente se ordenó que la fiscalía, luego de los seis meses siguientes a la fecha de la decisión, debía presentar un informe de situación sobre el uso por parte del FBI de las declaraciones de órdenes de registro sin procesar como se analiza en la Sección II.

  La decisión se archivaría con un sello temporal en espera de la disposición del Tribunal de cualquier redacción propuesta presentada el 19 de febrero de 2021 o antes.



sábado, 6 de junio de 2020

Inexplicable: EE. UU. retira los cargos y deja en libertad al banquero iraní que fue hallado culpable por un jurado en NY de lavar millones de dólares del programas de viviendas del régimen chavista

   En este caso hubo un extraño comportamiento de las autoridades. A todos sorprendió cuando Ali Sadr, quien fue hallado culpable por un jurado, lo dejaran ir del tribunal sin restricciones. La jueza, Alison Nathan no ordenó ponerlo en custodia. Los periodistas que cubrimos este caso, notamos que algo raro había desde el principio. Los fiscales trabajaron arduamente para ganar el caso que investigaron desde 2013, ahora, sin explicación convincente, dejaron en libertad al banquero Ali Sadr. Esto ocurre justo cuando EE. UU. celebra la liberación del veterano de guerra norteamericano Michael White que había sido condenado a 13 años en una cárcel iraní. Expertos han señalan que la decisión de los abogados del gobierno es inusual en este tipo de casos.
Por Maibort Petit
@maibortpetit

  El dueño del extinto, Pilatus Bank, quien fue hallado culpable por un jurado en Nueva York por cargos de lavado de dinero, fraude bancario y violación de las sanciones que impuso el Departamento del Tesoro a Irán, Ali Sadr Hasheminejed se salió con la suya, al lograr que el gobierno estadounidense le quitara los cargos alegando que supuestamente carece de recursos para ir a la apelación. 

  Ali Sadr Hasheminajed fue condenado por un jurado el 18 de marzo de 2020 por graves delitos financieros. Durante las audiencias frente al jurado, el iraní se presentó como un gran admirador y seguidor del expresidente Barack Obama, un enemigo del régimen de los Ayatolas islámicos, un torturado 'física y mentalmente' por el gobierno del Mohammad Khatami y perseguido por el exmandatario Mahmoud Ahmadinejad. La historia, que incluyó lágrimas, no fue creída por el panel de jurados que se centró —únicamente— en las evidencias presentadas por la fiscalía y no en las incoherentes confesiones de Sadr y los argumentos de sus abogados: Reid Weingarten, Brian Hebeling y Bruce Bishop de Steptoe.

  Los fiscales neoyorquinos ganaron su caso contra Sadr y el millonario fue condenado por cinco cargos criminales, incluida la conspiración para cometer fraude bancario y hacer declaraciones falsas a funcionarios federales. La acusación se centraba en que Sadr había participado en un plan para canalizar ilegalmente $ 115 millones en pagos por un proyecto de construcción del régimen venezolano de Hugo Chávez y Nicolás Maduro a personas y empresas iraníes.

  Este viernes 5 de junio, el Departamento de Justicia de EE. UU. tomó una decisión inusual de retirar los cargos contra un prominente banquero iraní que ha estado vinculado en otros países a escándalos de lavado de dinero. Extrañamente, los fiscales en Nueva York dijeron que "no tenían los recursos para continuar procesando el caso en apelación".

  La inexplicable decisión del Departamento de Justicia es difícil de entender porque el caso fue el resultado de una investigación que se inició en 2013. La sentencia de Sadr estaba prevista para agosto de 2020. 

   El equipo de abogados de Sadr presentó ante el tribunal varias mociones sobre el manejo de las pruebas por parte de los fiscales en el caso, incluidas preguntas sobre si los abogados del gobierno de los Estados Unidos habían revelado adecuadamente las pruebas que tenían a los abogados de Sadr.

   El fiscal de los Estados Unidos en Nueva York, Geoffrey Berman le pidió al juez que desestimara el caso, diciendo que reconocía que Sadr habría seguido diferentes estrategias legales si se le hubieran revelado durante el juicio.

  Geoffrey Berman dijo que había considerado para la decisión la cantidad de recursos que se necesitarían para abordar los problemas en el tribunal de apelaciones y tomó la determinación de que "no sería en interés de la justicia seguir procesando el caso".

   El abogado de Sadr, Reid Weingarten, dijo que él y su cliente estaban seguros de por qué el gobierno interpuso la moción extraordinaria para abandonar el caso. 

   La defensa había sometido una solicitud ante la federal de distrito Alison Nathan para que desestimara el caso, argumentando que el procedimiento tenía fallas y que los fiscales habían revelado antes del veredicto una evidencia exculpatoria, y conversaciones con testigos que no fueron incluidas en el descubrimiento. 
   
    En conversaciones con Venezuel Política, una fuente cercana al caso [que no está autorizada a declarar] dijo que hubo desconcierto por la decisión tomada por la fiscalía. Argumentó que dicho procedimiento es muy poco habitual, y que son muy pocos los casos [no conoce ninguno] que por cargos tan graves como los de Sadr, los fiscales le retiren los cargos luego de haber sido  convicto por un jurado y justo antes de ser condenado. 

  Es tan poco usual dicha acción que la fuente cree que debería ser investigada porque "lo ocurrido tiene pocos precedentes y deja muchas interrogantes. Tomando en cuenta que el acusado es un millonario que recibió beneficios extraordinarios del sistema durante todo el proceso criminal, todo esto luce muy raro".


El fiscal se pronunció cuando ganaron el caso en marzo 2020

  El Fiscal Berman había dicho que la justicia había logrado su objetivo cuando Ali Sadr Hasheminejad fue condenado después de un juicio con jurado de dos semanas.

   Berman dijo que el jurado comprendió como Sadr H. organizó un plan de varios años para canalizar más de $ 115 millones en pagos relacionados con un proyecto de construcción en Venezuela, a través del sistema financiero de los EE. UU., para beneficio de la empresa familiar iraní de Sadr, en violación de las sanciones de los EE. UU. contra Irán.

  El fiscal sostuvo que "el Gobierno estableció en el juicio que estos pagos beneficiaron a las personas y entidades iraníes, incluida la Compañía de Vivienda Internacional de Irán y su propietario iraní, Mohammad Sadr Hasheminejad (padre de Sadr)".

  Berman afirmó en marzo 2020: “El jurado descubrió que Ali Sadr Hasheminejad creó una red de compañías y cuentas bancarias para enmascarar los negocios iraníes en Venezuela y evadir las sanciones de Estados Unidos. Durante años, Sadr utilizó compañías de fachada en Suiza, Turquía y San Cristóbal y Nieves para ocultar el hecho de que $ 115 millones en pagos que eran realmente para su negocio familiar y parientes en Irán. La condena de Sadr muestra que las sanciones económicas de Estados Unidos contra Irán son reales, y los infractores serán expuestos y procesados".

  Según la acusación, la evidencia presentada durante el juicio, los documentos judiciales y las declaraciones en audiencia pública el gobierno logró demostrar lo siguiente:

  A partir de 1979, el presidente de EE.UU., de conformidad con la Ley Internacional de Poderes Económicos de Emergencia ("IEEPA"), encontró repetidamente que las acciones y políticas del gobierno de Irán constituyen una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior y la economía de los Estados Unidos y declaró una emergencia nacional para hacer frente a esa amenaza. De acuerdo con estas declaraciones presidenciales, Estados Unidos ha instituido una serie de sanciones económicas contra Irán y entidades iraníes. Este régimen de sanciones prohíbe, entre otras cosas, las transacciones financieras que involucren a los Estados Unidos o personas de los Estados Unidos destinadas al Gobierno de Irán o entidades y personas iraníes.

  En agosto de 2004, los gobiernos de Irán y Venezuela (Hugo Chávez Frías) celebraron un acuerdo, mediante el cual acordaron cooperar en ciertas áreas de interés común. Al año siguiente, ambos gobiernos complementaron el Acuerdo mediante la celebración de un Memorando de Entendimiento sobre un proyecto de infraestructura en Venezuela, que consistiría en la construcción de unidades de vivienda en Venezuela.

  El Proyecto fue liderado por Stratus Group, un conglomerado iraní controlado por Sadr y su familia con operaciones comerciales internacionales en las industrias de la construcción, la banca y el petróleo.

  En diciembre de 2006, Stratus Group incorporó una compañía en Teherán, que entonces se conocía como la Compañía de Vivienda Internacional de Irán (IIHC). IIHC fue responsable de la construcción del Proyecto en Venezuela.

  Posteriormente, IIHC celebró un contrato con una subsidiaria de la compañía energética estatal de Venezuela, Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), que solicitó a IIHC que construyera 7,000 unidades de vivienda en el estado Zulia a cambio de aproximadamente $475 millones. Stratus Group creó el Comité del Proyecto Venezuela en Teherán para supervisar la ejecución de dicho Proyecto. Ali Sadr fue miembro fundador del Comité y fue responsable de administrar las finanzas del Proyecto.

    En relación con su papel en el Proyecto, Sadr tomó medidas para evadir las sanciones económicas de Estados Unidos y defraudar a los bancos estadounidenses al ocultar el papel de las partes iraníes en los pagos en dólares estadounidenses enviados a través del sistema bancario estadounidense. Por ejemplo, en 2010, Sadr y un co-conspirador, usaron los pasaportes de San Cristóbal y Nieves y una dirección de los Emiratos Árabes Unidos para incorporar dos compañías de fachada fuera de Irán para recibir pagos en dólares estadounidenses relacionados con el Proyecto en nombre del IIHC.

  La primera entidad, Clarity Trade and Finance, se incorporó en Suiza, y la segunda, Stratus International Contracting, J.S., alias "Stratus Turkey", se registró en Turquía. Ambas empresas de fachada eran propiedad y estaban controladas por Ali Sadr y por los miembros de su familia en Irán, incluido su padre Mohammad Sadr.


  Posteriormente, Sadr y otros llevaron a cabo una serie de transacciones financieras internacionales utilizando a Clarity y a Stratus Turkey en beneficio de las partes iraníes de una manera que ocultaba el nexo iraní a los pagos, en violación de las sanciones económicas de los EE. UU. Específicamente, entre abril de 2011 y noviembre de 2013, PDVSA, bajo la dirección de Sadr y otros conspiradores, realizó aproximadamente 15 pagos a IIHC a través de Stratus Turkey o Clarity, totalizando aproximadamente $ 115 millones.

  Durante ese tiempo, Sadr tomó varias medidas para ocultar a los beneficiarios iraníes de estos fondos, incluyendo: (1) cambiar el nombre de la Compañía de Vivienda Internacional de Irán a solo las iniciales, IIHC; (2) ordenar a los empleados que eliminen sitios web y artículos de Internet donde aparecía el nombre de Irán o Iranian; (3) mentir sobre los propietarios de las empresas de fachada cuando los bancos lo solicitan; y (4) alterar los comprobantes de pago y los contratos anteriores para engañar a los bancos sobre la fuente de los fondos. Sadr y otros conspiradores, también ordenaron específicamente que los pagos se enrutaran a través de bancos en los Estados Unidos a las cuentas bancarias de Stratus Turquía o Clarity en una institución financiera en Suiza (Hyposwiss Private Bank AG).

  La mayoría de los fondos se transfirieron luego a otra entidad offshore ubicada en San Cristóbal y Nieves, que había sido incorporada por Ali Sadr y Mohammad Sadr en 2009.

   Mohammad Sadr Hasheminejad, padre del banquero convicto por crímenes financieros y violación de las sanciones de Estados Unidos contra Irán. 

  Entre 2011 y 2013, las compañías principales de Sadr enviaron más de $ 8.6 millones directamente a los Estados Unidos. Algunos de esos fondos se utilizaron para comprar bienes inmuebles en California en beneficio de la familia Sadr.

El convicto

   Ali Sadr, de 40 años, nació en Irán. Fue condenado en el juicio por un cargo de conspiración para defraudar a los Estados Unidos, un cargo de conspiración para violar la IEEPA, un cargo de fraude bancario, un cargo de conspiración para cometer fraude bancario y un cargo de lavado de dinero. Sadr fue declarado no culpable de un cargo de conspiración para cometer lavado de dinero.

  A continuación se muestra un cuadro que contiene los cargos y las sanciones máximas de los cargos

 CASO DEL VETERANO MICHAEL WHITE Y EL DE ALI SADR

   A otras fuentes consultadas recordaron que el 4 de junio de 2020, el régimen de la República Islámica de Irán autorizó la salida del país del estadounidense Michael White, veterano de las Fuerzas Armadas que había sido condenado a 13 años de cárcel islámica, un día después de que llegase a Irán un científico retenido en Estados Unidos y de que ambos gobiernos negasen que hubiesen pactado canje alguno.

  White fue el primer marine detenido y condenado por el régimen iraní durante el gobierno de Donald Trump en 2018. Fue acusado entre otros cargos, por insultar al líder supremo de la República Islámica, el ayatollah Alí Khamenei.

   El Departamento de Estado norteamericano confirmó en marzo que había abandonado la cárcel por razones médicas, pero debía permanecer bajo custodia de la Embajada suiza, que representa los intereses diplomáticos de Washington en Teherán.

   El presidente Donald Trump celebró el regreso de White. Dichas fuentes especularon que el hecho que el gobierno haya eliminado los cargos al banquero Ali Sadr y lo haya puesto en libertad, luego que el jurado lo halló culpable de graves crímenes financieros podría "corresponder a un acuerdo secreto, a un intercambio entre los Estados Unidos y el régimen iraní". Es decir, que la libertad de Michael White fue a cambio de la liberación de Ali Sadr. Esta versión es mera opinión de la fuente y no ha sido confirmada por Venezuela Política.





NOTAS PUBLICADAS SOBRE EL CASO DE ALI SADR 

http://eltiempolatino.com/news/2020/mar/12/ali-sadr-hasheminejad-se-declaro-fanatico-barack-o/

https://www.maibortpetit.info/2020/03/la-fiscalia-entra-en-receso-en-el.html

http://eltiempolatino.com/news/2020/mar/16/continuan-las-deliberaciones-del-jurado-del-juicio/

http://eltiempolatino.com/news/2020/feb/16/125-anos-de-carcel-podria-enfrentar-el-irani-que-e/







lunes, 16 de marzo de 2020

Criminales de cuello blanco: La inusual jornada del veredicto del juicio del banquero Ali Sadr Hasheminejad

   El juicio de Ali Sadr Hasheminejad, propietario del extinto Banco Pilatus, concluyó con un veredicto unánime que lo declaró culpable de evadir las sanciones económicas de EE. UU. enviando ilícitamente más de $115 millones a través del sistema financiero norteamericano. También es culpable de fraude bancario y de conspirar para lavar dinero.

Por Maibort Petit
@maibortpetit

  A lo largo del juicio que duró 11 días, Ali Sadr Hasheminajed se mostró sonriente, seguro de sí mismo y confiado de que había convencido al jurado de su historia, que incluyó algunas lágrimas y aseveraciones que lo presentaban como un gran admirador y seguidor del expresidente Barack Obama, un enemigo del régimen de los Ayatolas islámicos, un torturado 'física y mentalmente' por el gobierno del Mohammad Khatami y perseguido por el exmandatario Mahmoud Ahmadinejad. Pero todos esos cuentos no fueron creídos por el panel de jurados que se centró únicamente en las evidencias presentadas por la fiscalía y no en las incoherentes confesiones de Sadr y los rimbombantes argumentos de sus abogados: Reid Weingarten, Brian Hebeling y Bruce Bishop de Steptoe.  
   Sadr siempre estuvo impecable. Bien vestido, afeitado y peinado. Se mostraba risueño y muy cariñoso con sus abogados a quienes abrazaba constantemente. Estuvo acompañado por cinco mujeres a lo largo de las dos semanas del juicio que celebran con sonrisas y miradas cómplices cada logro que obtenían sus acuciosos y muy diligentes defensores. Su esposa se le veía altanera. Miraba con menosprecio a la prensa. Sus hermanas Pegah y Negarin estaban siempre atentas, dando soporte emocional al hermano que estaba bajo escrutinio federal. Su madre también estaba allí, algunas veces lloraba y otras sonreía. Sadr siempre las abrazaba.


    El acusado se mostraba dulce y amable frente al jurado. Pero su conducta cambiaba radicalmente con los fiscales a quienes miraba con desprecio y arrogancia. Cuando el fiscal Especial, Garrett Lynch le hizo el contra-interrogatorio, Sadr le respondió todas las preguntas con displicencia. Sadr es un hombre inteligente. Por un momento pensó que su estrategia había triunfado. Pero se equivocó. Las palabras de la jueza Nathan, cuando decía "culpable, culpable, culpable" le amargaron el rostro y le transformaron por completo su mirada. Su prepotencia desapareció. Quedó impávido, pálido. Sus afanosos abogados también cambiaron su expresión y de pronto se les vió aturdidos. La familia estaba compungida y triste. Los defensores alcanzaron a decir a la jueza Nathan que no querían que lo 'encarcelara' en el acto (como de hecho correspondía), le rogaron que le diera la oportunidad de pasar con su esposa e hijos los próximos cinco meses, 'en libertad', y que le mantuviera las condiciones otorgadas por el tribunal ( tras el pago la millonaria fianza de $38 millones) que le permitieron moverse desde Washington DC a Nueva York con mucha comodidad. Los fiscales Michael Krouse y Garrett Lynch objetaron la petición (sin éxito). Krouse recordó que Sadr es millonario, que es ciudadano de Irán,  que es un país con el que los Estados Unidos no tienen tratado de extradición y que el gobierno advertía que había un alto riesgo de fuga. La jueza no escuchó a la fiscalía sino que inmediatamente aprobó la petición de Sadr y lo dejó ir con su mujer, no sin antes advertirle que si rompía las condiciones tendría que pagar las graves consecuencias, que incluyen nuevas acusaciones del gobierno estadounidense. El gesto de desagrado de Krouse y Lynch fue evidente. Protestaron nuevamente, pero fueron silenciados por la jueza que ofrecía un trato extremadamente cordial al acusado, ahora convicto. 
***
  Una de las cosas que nos llamó la atención por la rareza del hecho fue cuando la jueza estaba leyendo el veredicto entregado por el presidente del jurado. De pronto paró. Justo cuando leyó el cargo número tres. Hizo una expresión difícil de calificar. Llamó a la defensa y a los fiscales a un lado del podium. No se pudo escuchar lo que decían pero era obvio que no fue del agrado de los fiscales federales.  Seguidamente continuó leyendo de manera casi automática. Nathan le preguntó a cada miembro del jurado que verificara su voto en el veredicto. Luego salió de la sala para confirmar el voto de las dos personas ausentes a través de una videollamada. Regresó, agradeció a los miembros del panel y los despidió. No es usual que los jurados deliberen o verifiquen los votos por videoconferencia. No. Esta vez hubo una excepción porque en la ciudad de Nueva York hay una emergencia sanitaria. La jueza informó que uno de los jurados debió salir antes de la corte y el otro porque está enfermo y se vio obligado a deliberar remotamente. Al final del proceso, ni los abogados de la defensa, ni Ali Sadr, ni sus familiares quisieron emitir una comentario a la prensa. Sólo advirtieron que apelarán el resultado del veredicto en los próximos días.

El fiscal de pronuncia


   Por su parte, el el Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York, Geoffrey S. Berman, anunció que Ali Sadr Hasheminejad fue condenado hoy después de un juicio con jurado de dos semanas.

  Berman dijo que el jurado comprendió como Sadr H. organizó un plan de varios años para canalizar más de $ 115 millones en pagos relacionados con un proyecto de construcción en Venezuela, a través del sistema financiero de los EE. UU., para beneficio de la empresa familiar iraní de Sadr, en violación de las sanciones de los EE. UU. contra Irán. 

  El fiscal sostuvo que "el Gobierno estableció en el juicio que estos pagos beneficiaron a las personas y entidades iraníes, incluida la Compañía de Vivienda Internacional de Irán y su propietario iraní, Mohammad Sadr Hasheminejad (padre de Sadr)". 

  Berman dijo: “El jurado descubrió que Ali Sadr Hasheminejad creó una red de compañías y cuentas bancarias para enmascarar los negocios iraníes en Venezuela y evadir las sanciones de Estados Unidos. Durante años, Sadr utilizó compañías de fachada en Suiza, Turquía y San Cristóbal y Nieves para ocultar el hecho de que $ 115 millones en pagos que eran realmente para su negocio familiar y parientes en Irán. La condena de Sadr muestra que las sanciones económicas de Estados Unidos contra Irán son reales, y los infractores serán expuestos y procesados".

  Según la acusación, la evidencia presentada durante el juicio,  los documentos judiciales y las declaraciones en audiencia pública el gobierno logró demostrar lo siguiente:

  A partir de 1979, el presidente de EE.UU., de conformidad con la Ley Internacional de Poderes Económicos de Emergencia ("IEEPA"), encontró repetidamente que las acciones y políticas del gobierno de Irán constituyen una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política exterior y la economía de los Estados Unidos y declaró una emergencia nacional para hacer frente a esa amenaza. De acuerdo con estas declaraciones presidenciales, Estados Unidos ha instituido una serie de sanciones económicas contra Irán y entidades iraníes. Este régimen de sanciones prohíbe, entre otras cosas, las transacciones financieras que involucren a los Estados Unidos o personas de los Estados Unidos destinadas al Gobierno de Irán o entidades y personas iraníes.

  En agosto de 2004, los gobiernos de Irán  y Venezuela (Hugo Chávez Frías) celebraron un acuerdo, mediante el cual acordaron cooperar en ciertas áreas de interés común. Al año siguiente, ambos gobiernos complementaron el Acuerdo mediante la celebración de un Memorando de Entendimiento sobre un proyecto de infraestructura en Venezuela, que consistiría en la construcción de unidades de vivienda en Venezuela.
  El Proyecto fue liderado por Stratus Group, un conglomerado iraní controlado por Sadr y su familia con operaciones comerciales internacionales en las industrias de la construcción, la banca y el petróleo. 

   En diciembre de 2006, Stratus Group incorporó una compañía en Teherán, que entonces se conocía como la Compañía de Vivienda Internacional de Irán (IIHC). IIHC fue responsable de la construcción del Proyecto en Venezuela. 

   Posteriormente, IIHC celebró un contrato con una subsidiaria de la compañía energética estatal de Venezuela, Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA), que solicitó a IIHC que construyera 7,000 unidades de vivienda en el estado Zulia a cambio de aproximadamente $475 millones. Stratus Group creó el Comité del Proyecto Venezuela en Teherán para supervisar la ejecución de dicho Proyecto. Ali Sadr fue miembro fundador del Comité y fue responsable de administrar las finanzas del Proyecto.
  En relación con su papel en el Proyecto, Sadr tomó medidas para evadir las sanciones económicas de Estados Unidos y defraudar a los bancos estadounidenses al ocultar el papel de las partes iraníes en los pagos en dólares estadounidenses enviados a través del sistema bancario estadounidense. Por ejemplo, en 2010,  Sadr y un co-conspirador, usaron los pasaportes de San Cristóbal y Nieves y una dirección de los Emiratos Árabes Unidos para incorporar dos compañías de fachada fuera de Irán para recibir pagos en dólares estadounidenses relacionados con el Proyecto en nombre del IIHC. 
La primera entidad, Clarity Trade and Finance, se incorporó en Suiza, y la segunda, Stratus International Contracting, J.S.,  alias "Stratus Turkey", se registró en Turquía. Ambas empresas de fachada eran propiedad y estaban controladas por Ali Sadr y por los miembros de su familia en Irán, incluido su padre Mohammad Sadr.
  Posteriormente, Sadr y otros llevaron a cabo una serie de transacciones financieras internacionales utilizando a Clarity y  a Stratus Turkey en beneficio de las partes iraníes de una manera que ocultaba el nexo iraní a los pagos, en violación de las sanciones económicas de los EE. UU. Específicamente, entre abril de 2011 y noviembre de 2013, PDVSA, bajo la dirección de Sadr y otros conspiradores, realizó aproximadamente 15 pagos a IIHC a través de Stratus Turkey o Clarity, totalizando aproximadamente $ 115 millones.

  Durante ese tiempo, Sadr tomó varias medidas para ocultar a los beneficiarios iraníes de estos fondos, incluyendo: (1) cambiar el nombre de la Compañía de Vivienda Internacional de Irán a solo las iniciales, IIHC; (2) ordenar a los empleados que eliminen sitios web y artículos de Internet donde aparecía el nombre de Irán o Iranian; (3) mentir sobre los propietarios de las empresas de fachada cuando los bancos lo solicitan; y (4) alterar los comprobantes de pago y los contratos anteriores para engañar a los bancos sobre la fuente de los fondos. Sadr y otros conspiradores, también ordenaron específicamente que los pagos se enrutaran a través de bancos en los Estados Unidos a las cuentas bancarias de Stratus Turquía o Clarity en una institución financiera en Suiza (Hyposwiss Private Bank AG). 
  La mayoría de los fondos se transfirieron luego a otra entidad offshore ubicada en San Cristóbal y Nieves, que había sido incorporada por Ali Sadr y Mohammad Sadr en 2009. 
Mohammad Sadr Hasheminejad padre del banquero convicto por crímenes financieros y
violación de las sanciones de Estados Unidos contra Irán.

  Entre 2011 y 2013, las compañías principales de Sadr enviaron más de $ 8.6 millones directamente a los Estados Unidos. Algunos de esos fondos se utilizaron para comprar bienes inmuebles en California en beneficio de la familia Sadr.

El convicto

  Ali Sadr, de 40 años, nació en Irán. Fue condenado en el juicio por un cargo de conspiración para defraudar a los Estados Unidos, un cargo de conspiración para violar la IEEPA, un cargo de fraude bancario, un cargo de conspiración para cometer fraude bancario y un cargo de lavado de dinero. Sadr fue declarado no culpable de un cargo de conspiración para cometer lavado de dinero. 

   A continuación se muestra un cuadro que contiene los cargos y las sanciones máximas. La sentencia de Sadr será determinada por la jueza Alison Nathan.
   El fiscal Berman elogió los esfuerzos de investigación pendientes de la Oficina Federal de Investigación y agradeció a la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Nueva York por sus contribuciones y asistencia con esta investigación y juicio.

  El procesamiento de este caso está a cargo de la Unidad de Terrorismo y Narcóticos Internacionales. Los fiscales federales adjuntos Michael K. Krouse, Jane Kim, Stephanie Lake y el fiscal especial adjunto estadounidense Garrett Lynch, de la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Nueva York, están a cargo de la acusación.



Ali Sadr Hasheminejad fue declarado culpable de violar las sanciones de EE. UU. contra Irán, fraude bancario y lavado de dinero de los programas de viviendas de Hugo Chávez

Por Maibort Petit
@Maibort Petit 

  Luego de tres días de deliberaciones, un jurado en Nueva York declaró culpable a Ali Sadr Hsheminejad de cinco cargos que incluyen: violación de las sanciones impuestas por el gobierno de los Estados Unidos a Irán, fraude bancario y conspiración para lavado de dinero internacional con fondos provenientes de los programas de viviendas que el régimen de Hugo Chávez acordó con la República Islámica de Irán.
  En un inusual veredicto debido a que dos miembros del jurado hicieron sus deliberaciones y confirmaron su decisión vía videoconferencia motivado al brote de coronavirus que hay en la ciudad de Nueva York— la jueza Alison Nathan leyó la decisión unánime contra Ali Sadr que concluyó que es el acusado es culpable de 5 crímenes graves que lo llevarán a la cárcel por varias décadas.

   Los cargos son los siguientes: 1) Conspirar para violar las sanciones impuestas por los Estados Unidos contra Irán; 2) Violar las sanciones; 3) Conspirar para cometer fraude bancario; 4) fraude bancario y 5) conspiración para acometer lavado de dinero internacional. 

   La jueza Nathan informó que el acusado permanecerá bajo arresto domiciliario, con un monitor en su tobillo por cinco meses hasta que se le dicte sentencia. 

  Dijo Nathan que fijará la fecha de la condena en los próximos días, debido a que hay complicaciones con los calendarios de las cortes por la emergencia decretada en la Ciudad de Nueva York por el aumento de contagios de COVID-19.

  La fiscalía objetó la petición de la defensa que permitirá que Ali Sadr permanezca en arresto domiciliario argumentando que, el ahora convicto, "es un hombre con mucho dinero, que ha demostrado que es capaz de comprar ciudadanías, y que tiene una amplia conducta criminal que supone un alto riesgo de fuga". 

  A pesar de las objeciones de la fiscalía, la jueza Nathan dictaminó que Ali Sadr podía esperar la sentencia en su domicilio, y aprobó las modificaciones de su fianza. Advirtió, sin embargo, "que si el convicto rompe las condiciones de su libertad condicional, tendrá graves consecuencias que incluirán posibles nuevos cargos".

Stratus Group

   De acuerdo a lo planteado por la fiscalía, el conglomerado Stratus Grupo, controlado por Mohammad Sadr Hasheminejad, Ali Sadr y su familia, incluyó a la empresa Iranian International Housing Corp., que fue contratada por PDVSA, para construir 7 mil viviendas en Venezuela.

  Sadr y otros conspiradores, elaboraron un esquema que incluyó la creación de empresas fachadas para lavar el dinero proveniente de los pagos en dólares estadounidense que hizo PDVSA a través de cuentas bancarias suizas, para lo cual se usaron las compañías Clarity Trade & Finances (Suiza) y Stratus International Contract JS, de Turquía.   

  El delito cometido —según los fiscales— es haber utilizando como bancos intermediarios a J.P. Morgan Chase y Citibank ubicados en Manhattan, Nueva York.

  Sadr —quien estuvo envuelto en un escándalo de lavado de dinero con su banco Pilatus Bank, una entidad financiera de origen maltés que inició sus operaciones en enero de 2014 y al cual se le quitó la licencia en 2018— dijo que pensaba que las sanciones de Estados Unidos contra Irán no aplicaban a las empresas privadas de iraníes que hacen negocios fuera de Irán. Los fiscales rechazaron ese argumento advirtiendo que "el dueño de la empresa que firmó el contrato con PDVSA es iraní, vive en Teherán y está relacionado con el gobierno de ese país". Asimismo sostienen que "los beneficios, calculados en unos 115$ millones de dólares, fueron para el conglomerado de Mohammad Sadr Hasheminejad quien también es acusado en este caso".

   Las evidencias señalan que los pagos provenientes del contrato con Venezuela que era de un total de $ 476 millonesviolaron las sanciones estadounidenses. 

 Sadr dijo "Mi estado mental era que este proyecto tenía 8,000 millas lejos de Irán, no tenía nada que ver con Irán".

  Según Sadr, siempre creyó que las sanciones estadounidenses se aplicaban al gobierno de Irán, a los grupos militares afiliado con el estado iraní y las personas designadas por Oficina de Control de Activos Extranjeros como en la lista de nacionales designados y personas bloqueadas.

  Sadr dijo que ni él "ni ningún miembro de su familia o las empresas con las que estuvo involucrado alguna vez fueron designadas por la OFAC en la lista de SDN." Pero los fiscales lo desmintieron al informarle al jurado que "el banco de su padre, y en el cual, Sard trabajaba, EN Bank, fue sancionado en 2012 por la OFAC, al igual que la empresa de petróleo del mismo conglomerado".

  Los fiscales dicen que los 'Sadrs' escondieron a sus conexiones cuando configuraron empresas en Suiza y Turquía, utilizando unas nacionalidades que compraron en la isla caribeña de San Cristóbal y Nevis, (por $ 250 mil) para las cuales usaron una dirección en Dubai. "Las mismas técnicas fueron usadas para configurar cuentas bancarias suizas en Hyposwiss Private bank AG".

  Sadr asegura que su país de origen aparece en su pasaporte de San Cristóbal y Nevis y que le había dado la información al personal de Hyposwiss Private bank AG, cuando informó los detalles del proyecto de viviendas en Venezuela.

  Los miembros del jurado han visto correos electrónicos y otros documentos en los que Sadr y otros discuten sobre cambiar el nombre a la empresa contratada por PDVSA, Iranian International Housing Co. IIHC para omitir cualquier referencia a Irán. 

  Los fiscales aseguran que el cambio de nombre fue parte del esfuerzo de Sadr y su familia para ocultar la participación de Irán o parías iraníes en el acuerdo con Venezuela.

  Sadr explicó que "el banco suizo le informó que iba haber un problema potencial con el nombre Iranian International Housing Housing Corp., ya que sonaba como una empresa respaldada por el Estado iraní". 

 "Me diero
n muchos ejemplos de por qué estaban un poco asustados de que este nombre que se asemeja al gobierno iraní y les aseguré que IIHC, nada tiene que ver con el gobierno pues es una empresa de mi papá ", dijo Sadr.

  "Es solo una línea roja para los bancos, no quieren tratar con el gobierno iraní, no quieren estar asociado con el gobierno iraní", sostuvo el acusado.

  Sadr argumentó que "un empleado de Hyposwiss sugirió que usar el nombre abreviado IIHC, podría ser un buen idea y por eso procedí a cambiarlo". 


domingo, 15 de marzo de 2020

Este lunes continúan las deliberaciones del jurado del juicio de Ali Sadr Hasheminejad, dueño de Pilatus Bank

Por Maibort Petit
@maibortpetit


   El jurado del juicio contra el banquero iraní, Ali Sadr Hashemi Nejad continuará con las deliberaciones este lunes 16 de marzo, a pesar que el sistema de cortes trabajará de manera restringida debido a la emergencia declarada en la ciudad de Nueva York ante el brote de coronavirus.  La jueza Alison Nathan instó a los jurados para que el proceso contra Sadr siguiera, advirtiendo que habrá cambios en la medida en que se produzcan nuevas decisiones del gobierno local por el estado de alarma decretado por las autoridades por el virus COVID-19. 
  Nathan dijo que en la corte se reducirá la entrada del público y que no habrá inicio de nuevos juicios hasta próximo aviso. 

  Ali Sard está acusado de lavado de dinero, fraude bancario y violación de las sanciones de Estados Unidos contra Irán, relacionado con un proyecto de infraestructura del gobierno de Hugo Chávez entre 2006 y 2014. 

 De acuerdo a lo planteado por la fiscalía, el conglomerado Stratus Grupo, controlado por el padre de Sadr, Mohammad Sadr Hasheminejad, el acusado y su familia, incluye a la empresa Iranian International Housing Corp., que fue contratada por PDVSA, para construir 7 mil viviendas en el estado Zulia, en el marco de los acuerdos que firmaron el presidente venezolano Hugo Chávez y el de Irán, Mahmoud Ahmadinejad en 2006. 
   Sadr y otros conspiradores elaboraron un esquema que incluyó la creación de empresas fachadas para lavar el dinero proveniente de los pagos en dólares estadounidense que hizo PDVSA, los cuales fueron dirigidos a cuentas bancarias suizas, para lo cual se usó las compañías  Clarity Trade & Finances con sede en Suiza y Stratus International Contract JS, de Turquía. El delito cometido según los fiscales es haber utilizando como bancos intermediarios a J.P. Morgan Chase y Citibank ubicados en Manhattan, Nueva York.

  Sadr —quien estuvo envuelto en un escándalo de lavado de dinero con su banco Pilatus Bank, una entidad financiera de origen maltés que inició sus operaciones en enero de 2014 y al cual se le quitó la licencia en 2018— testificó que pensaba que las sanciones de Estados Unidos contra Irán no aplicaban a las empresas privadas de iraníes que hacen negocios fuera de Irán, pero los fiscales rechazan ese argumento cuando sostienen que el dueño de la empresa que firmó el contrato con PDVSA es iraní y vive en Teherán, está relacionado con el gobierno de ese país y los beneficio, que fueron unos 115$ millones de dólares fueron para el conglomerado de Mohammad Sadr Hasheminejad quien también es acusado en este caso.
 
   Las acusaciones señalan que los pagos provenientes del contrato con Venezuela de $ 476 millones para construir inicialmente 7,000 unidades de vivienda en Venezuela, violaron las sanciones. Sadr dijo"Mi estado mental era que este proyecto tenía 8,000 millas lejos de Irán, no tenía nada que ver con Irán".

 Según Sadr, él creía que las sanciones estadounidenses se aplicaban al gobierno de Irán, a los grupos militares afiliado con el estado iraní y las personas designadas por Oficina de Control de Activos Extranjeros como en la lista de nacionales designados y personas bloqueadas.

  Sadr dijo que ni él ni ningún miembro de su familia o las empresas con las que estuvo involucrado alguna vez fueron designados por la OFAC como los llamados SDN. Pero los fiscales lo desmintieron al informarle al jurado que el banco de su padre, y en el cual, Sard trabajaba, EN Bank fue sancionado en 2012 por la OFAC, al igual que la empresa de petróleo de su padre.

  El acusado describió cómo en 2010 se dio cuenta de la Sanciones integrales de Irán, responsabilidad y Ley de desinversión, promulgada por el presidente Barack Obama, que, entre otras cosas, permitió sancionar a las empresas que hacen negocios en el sector energético de Irán.  La ley cita la necesidad de presionar al gobierno iraní, y el IRGC, en Irán para que paren el presunto desarrollo nuclear y apoyo al terrorismo internacional.

  Los fiscales dicen que los Sadrs escondieron a sus conexiones cuando se configuran empresas en Suiza y Turquía, utilizando unas nacionalidades que compraron en la isla caribeña de San Cristóbal y Nevis, por $ 250 mil y para las cuales usaron una dirección en Dubai. Las mismas técnicas fueron usadas para configurar cuentas bancarias suizas en Hyposwiss Private bank AG.

  Sadr asegura que su país de origen aparece en su pasaporte de San Cristóbal y Nevis y que le había dado la información al personal de Hyposwiss Private bank AG cuando informó los detalles del proyecto de viviendas en Venezuela.

  Los miembros del jurado han visto correos electrónicos y otros documentos en que Sadr y otros discuten sobre cambiar el nombre a la empresa contratada por PDVSA, Iranian International Housing Co. IIHC para omitir cualquier referencia a Irán. Los fiscales aseguran que fue parte del esfuerzo de Sadr y su familia para ocultar la participación de Irán o parías iraníes en el acuerdo con Venezuela.

  Sadr explicó que el banco suizo le informó que iba haber un problema potencial con el nombre Iranian International Housing Housing Corp., que sonaba como una empresa respaldada por el estado iraní. 

 "Me dieron muchos ejemplos de por qué estaban un poco asustados de que este nombre que se asemeja al gobierno iraní y le aseguré la IIHC nada tiene que ver con el gobierno pues una empresa que mi papá lo posee", dijo Sadr.

  "Es solo una línea roja para los bancos, no quieren tratar con el gobierno iraní, no quieren estar asociado con el gobierno iraní", sostuvo el acusado.

  Sadr argumentó que un empleado de Hyposwiss sugirió que usar el nombre abreviado IIHC podría ser un buen idea. 

 Sadr sostuvo que el personal del banco estaba preocupado de que en ausencia de un cambio de nombre, Hyposwiss sería recibir cientos de documentos en conexión con el proyecto de Venezuela con la palabra Irán todo sobre ellos, y no querían asociarse con el gobierno de Irán, incluso por error.

  Entre otras cosas declaradas por Sadr, dijo que se había casado dos veces, que tiene dos hijos, (uno de 4 y otro de 1 año y medio), ratificó que su madre vive en Washington DC, y dos hermanas Pegah es arquitecto y Negarin que es diseñadora de modas y viven en California. 

  Asimismo, Sadr confesó que su padre vivía en Teherán en un apartamento de 1000 pies y que su padre supuestamente había sido torturado, que estuvo preso por oponerse al régimen iraní, y que había ayudado a reconstruir el país luego de la guerra con Irak en los años 80. 

  Sostuvo que la reconstrucción de Irán necesitó de los mejores talentos de ingenieros y técnicos. Comentó que fue marcado cuando su madre lo llevó a ver a su padre a la cárcel, donde fue torturado.

  Comentó  que ha cuando tenía 16 años  lo arrestaron por participar en una marcha estudiantil contra el régimen y lo torturaron física y emocionalmente. 

  Cuando Sadr hablaba intentaba quebrar la voz para mostrar dolor.  

  Sobre su situación migratoria en 2000, dijo entró con visa de turista y luego la cambio por una F1 para estudiar. Posteriormente, pidió asilo basado en las protestas en 1999.  Aseguró que tuvo problema con su abogado de inmigración y que se  se le revocó el asilo en 2010. Alegó que tenía una grave situación económica y que como plan B, (porque no quería irse a Irán) se hizo ciudadano en San Cristóbal y Nieves "porque era rápido". 

  Luego se casó con una ciudadana  estadounidense, aplicó a la Green Card, y al poco tiempo se divorció. 

  Comentó que en el pasaporte de San Cristóbal y Nieves dice que nació en Teherán, Irán no acepta que se renuncie a la ciudadanía. Se mudó a Dubai, y aplicó a la residencia de Turquía. 

 Admitió que regresó a Irán para visitar a su padre porque fue diagnosticado de cáncer en noviembre de 2010. y aunque no podía estar seguro 100 % de viajar a Irán pero lo hizo por amor a su progenitor.

 Regresó a Irán con la advertencia de no meterse más con el gobierno, empezó a trabajar con el proyecto Venezuela a través de la empresa IIHC que nunca perteneció al gobierno. 

  Aclaró que su padre no apoyó a la IRGC ni al régimen de Irán. 

  Sadr viajó 12 y 15 veces a Venezuela.








viernes, 13 de marzo de 2020

¿Pilatus Bank fue capitalizado con dinero proveniente de Venezuela?, la pregunta del fiscal que incomodó al dueño de la institución maltesa cerrada por alegaciones de lavado de dinero

   Ali Sadr Hasheminejad subió al estrado como testigo en su propio juicio por dos días consecutivos. Este ciudadano iraní está acusado de utilizar compañías de fachada en Turquía y Suiza con cuentas bancarias suizas para evadir las sanciones las sanciones estadounidenses  contra Irán, y mover las  ganancias obtenidas de un contrato de $ 476 acuerdo de millones que logró la empresa iraní de su padre con los gobiernos de Venezuela e Irán para construir una vivienda de 7,000 unidades proyecto de infraestructura en Ciudad Ojeda, estado Zulia. Los fiscales dicen que Sadr canalizó ilegalmente más de $ 115 millones a través del sistema financiero de los EE. UU. En esta entrega les cuento parte de su testimonio.

Por Maibort Petit
@maibortpetit

  ¿Usted capitalizó Pilatus Bank con el dinero proveniente del proyecto de viviendas de Venezuela? ¿Verdad?, preguntó el fiscal Garre Lynch a Ali Sadr Hasheminejad, el iraní acusado por el gobierno de los Estados Unidos de haber violado las sanciones impuestas a Irán, de lavado de dinero y fraude bancario. Ligeramente nervioso, el acusado dijo "No. No fue con el dinero de Venezuela. Los recursos vinieron de otros negocios que hacía con mis empresas en Europa". 
  Pilatus Bank, propiedad de Ali Sadr, es un banco maltés que inició sus operaciones en enero de 2014 y fue acusado, por la reportera Daphne Caruana Galizia y por las autoridades maltesas, de lavar fondos de esquemas supuestamente corruptos en nombre de compañías  offshore e individuos. 

   Tras la publicación de los Papeles de Panamá, y una investigación hecha por Caruana se reveló que Pilatus Bank facilitó transacciones sospechosas desde Panamá en nombre de personas políticamente expuestas. Las autoridades europeas le retiraron la licencia al mencionado banco a raíz de las denuncias de lavado de dinero.

   La pregunta del fiscal Lynch sorprendió a Ali Sadr y a su defensa que no esperaban que preguntaran sobre Pilatus Bank en el juicio que incluye 50 pagos hechos por PDVSA, el Fondo Chino y FONDEN a favor de tres empresas offshore de Sadr, y que fueron transferidas a través de dos bancos norteamericanos J. P Morgan Chase y Citi hacia Hyposwiss Private Bank de Suiza.
  Los fiscales que buscaban desafiar la credibilidad de Ali Sadr frente al jurado, interrogándolo sobre falsas declaraciones que el acusado hizo cuando pidió asilo en Estados Unidos, en una declaración para solicitar la reentrada al país, y en una entrevista que le hicieron cuando fue arrestado en 2018.

   El fiscal Garre Lynch puso en duda el miedo al gobierno iraní que Sadr dijo tener cuando pidió asilo en Estados Unidos.

 Lynch presionó a Sadr sobre su declaraciones a varias autoridades estadounidenses con respecto a su Residencia estadounidense y su miedo a regresar a Irán.

  Sadr consiguió asilo en los Estados Unidos en 2004, pero luego recibió una carta donde le ordenaban comparecer a una entrevista en Inmigración en 2009, alegando que su abogado había cometido fraude migratorio en su caso, y en otros.  Sadr prefirió abandonar el país antes que acudir ante las autoridades de Inmigración. Sadr dijo que su asilo se terminó y que su permiso de trabajo fue cancelado. 

   Se fue de los Estados Unidos en marzo de 2010. En 2012 solicitó residencia estadounidense luego de haberse casado con una ciudadana norteamericana, de quien se divorció al poco tiempo de obtener la Green Card. "Lamentablemente nos divorciamos".


  Lynch le preguntó  sobre su miedo de regresar a Irán "¿Es un tema constante, en 2003, en su aplicación para asilo, luego en 2012 en su solicitud de readmisión y luego en 2018 en su solicitud de fianza, tu miedo a volver a Teherán, tu miedo de ir a Irán, ¿correcto?".

  "No tiene nada que ver el uno con el otro", dijo Sadr. "¡Se trata de una solicitud de asilo! otro es sobre la libertad bajo fianza para poder salir de la cárcel y defenderme. Manzana y naranja en mi opinión", dijo el acusado visiblemente enardecido.

   Lynch preguntó a Sadr si era cierto que entre 2010 y 2015, realizó aproximadamente 50 viajes a Irán. Sadr dijo que eso podría ser exacto, y aseguró que: "¡El riesgo de volver a Irán para ver a su padre! No fue tan alto".

Mintió sobre su grave situación financiera

   Buscando acabar con su credibilidad frente al jurado, compuesto por 10 mujeres y 5 hombres, el presidente de Pilatus Bank fue interrogado acerca de su solicitud 2012 para readmisión a los EE. UU., en la cual, en declaración jurada dijo que se había ido del país en 2010 debido a su "grave situación financiera".

 "En esa declaración jurada, usted dijo la razón por la cual se iba del país, y no terminó su audiencia, era por el terrible estado financiero en el que estabas, ¿correcto? ", acusó Lynch.

"Uno de ellos", dijo Sadr.

 "Ahora, Sr. Sadr, usted no estaba bajo una grave situación financiera estrés en marzo de 2010, ¿verdad? ", dijo Lynch. Sadr dijo que fue terrible para él en el sentido de que él no podía funcionar y no tenía idea de cuánto tiempo Inmigración en los procedimientos se prolongaría. 

  El acusado sostuvo que había establecido compañías porque no podía atender adecuadamente en su situación financiera. Sí, fue grave si nos fijamos en las circunstancias en el "yo", dijo Sadr.

  El fiscal señaló que en marzo de 2010 Sadr transfirió 500,000 francos suizos para crear la empresa de fachada Clarity Trade, y el año anterior había gastado $ 250,000 para adquirir ciudadanía del gobierno de San Cristóbal y Nevis.

   Lynch dijo a Sadr: "Para ser claros, esas fueron dos transferencias financieras que hiciste.. cuando declaraste que tus circunstancias financieras eran tan graves que tenías que dejar el país, ¿correcto? ", preguntó el fiscal.

  Sadr respondió:"Esa es una situación extrema, un individuo no puede trabajar, un el individuo no puede simplemente sentarse en casa durante años".

Las sanciones estadounidenses contra Irán

   Una de las alegaciones claves acusadas en este caso es que Sadr creó un esquema para violación de las sanciones de Estados Unidos contra Irán. El fiscal le preguntó a Sadr sobre su afirmación de que solo pensó que las sanciones eran sólamente aplicadas al gobierno iraní, a grupos militares asociados al régimen, y a las personas bloqueadas en la Oficina de Activos Extranjeros Controles. 

  Sadr afirmó que no creía que las sanciones de los EE. UU. se aplicaran empresas privadas iraníes y que prohibieran a los ciudadanos de ese país hacer negocios fuera de Irán que no fueran para el beneficio del gobierno iraní.

Designación de PDVSA en la lista de sancionados

  Sadr se refirió la Ley Integral de Sanciones, Responsabilidad y Desinversión Irán promulgada por el expresidente Barack Obama en 2010. Hizo referencia a dos videos sobre los comentarios de Obama sobre Irán sanciones como refuerzo de su creencia de que las sanciones estadounidenses en Irán fueron dirigidos al régimen y otros malos actores. 

  El fiscal le preguntó al acusado si sabía que uno de las primeros en designados bajo esa ley promulgada por Obama fue PDVSA, la empresa estatal venezolana que le pagó millones de dólares a las empresas de su padre y suyas en Irán.

  "Eso sería alucinante porque todos estos los pagos a través del sistema financiero de EE. UU. llegaron a través de PDVSA ", dijo Sadr.

   Arrinconado por el fiscal, Sadr reconoció que sabía que PDVSA había sido así designada en 2012, pero que su comprensión era que la sanción de la petrolera venezolana prohibía recibir financiamiento del gobierno de los EE. UU. Específicamente, las sanciones prohibieron a PDVSA hacer una oferta por el gobierno de EE. UU. contratos de adquisición, asegurando financiamiento del Banco de Exportaciones e Importaciones de EE. UU. Y de obtenerlos, se requerían licencias de exportación de la OFAC.

 "Sabía que PDVSA fue designada, era una de las grandes noticias en Venezuela, pero también fueron grandes noticias que PDVSA solo fue designada para que no pudiera obtener préstamos del gobierno de Estados Unidos ", acotó Sadr.

  "No implicaba esa sanción que PDVSA no pudiera hacer otras transacciones financieras". "Suena como si hubieras detallado previamente la comprensión de la ley", replicó Lynch.

"Eso fue lo mismo que en el transcurso de los próximos dos años de los que recibió más de $ 100 millones, correcto", comentó el fiscal.

"Sí, según tengo entendido, no estábamos dando préstamos", dijo Sadr.

La defensa vuelve con el miedo al gobierno de Irán

   Cuando fue interrogado por su defensa, Sadr reiteró su testimonio de que tenía miedo a regresar a Irán, tal como lo indicó en su asilo la aplicación en 2003 porque supuestamente fue  sometido a una tortura mental y física cuando cayó en ¡Las manos de una división de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán! en relación con su participación en protesta estudiantes en 1999.

  En cuanto a sus procedimientos de fianza posteriores al arresto en 2018, Sadr dijo que el gobierno iraní alegó que él y su padre habían sacado el dinero del sistema financiero iraní y  que él enfrentaría cargos si regresaba a Irán. Sadr dijo que su padre, quien reside en Teherán, fue a la cárcel y fue despojado de la mayoría de sus activos.

   Seguido del testimonio de Sard, la jueza Alison Nathan leyó las instrucciones al jurado y procedió a convocar para los argumentos de cierre del juicio.

   Sadr, junto a otros conspiradores de este caso, enfrenta cargos de conspirar para violar la Ley Internacional de Poderes Económicos de Emergencia de Estados Unidos contra Irán, fraude bancario, conspiración para cometer fraude bancario, lavado de dinero y conspiración para cometer lavado de dinero.