Latinoamérica se ha convertido en eje de la acción de la empresa criminal mundial, siendo el narcotráfico una de sus expresiones mas prósperas.
Por Maibort Petit
Cuando comenta el crecimiento que ha experimentado el crimen transnacional organizado entre las dos últimas décadas, el experto colombiano en la materia, Omar Bula Escobar, recuerda la especie que en tiempos del capo Pablo Escobar se decía respecto a su capacidad financiera de pagar la deuda externa de la nación neogranadina y refiere que, en la actualidad, poseen recursos que les permiten, no solamente eso, sino hasta apoderarse de estados enteros como, en efecto, ya lo hicieron con Venezuela.
“El crimen organizado hoy en día no solamente puede pagar la deuda, sino que puede comprar estados enteros, es más, ya lo hicieron y tenemos uno al lado de Colombia que se llama Venezuela, que es un estado que funciona básicamente con la maquinaria del crimen organizado transnacional”.
El especialista refiere que el avance y la importancia del crimen organizado transnacional es tal, que se ha convertido en un tema de vital atención para los Estados Unidos, que en materia de defensa lo tiene, junto al yijadismo, como los “peligros” más grandes que enfrentar al exterior de sus fronteras. Una preocupación que EE. UU. comparte con otras grandes naciones del orbe.
Advierte que aun cuando el crimen organizado siempre ha existido, lo que lo hace ahora la diferencia es su carácter transnacional.
Su interés por el tema —comenta— comenzó cuando hace ya varios años leyó sobre una alianza entre Hezbollah con los “Zetas” para atentar contra el embajador de Arabia Saudita en Washington, es decir, el islam radical se liaba con los carteles de la droga para actuar en la capital de EE. UU. Quiso, desde entonces estudiar cómo se establecían estos extraños vínculos y se tejían las grandes redes del crimen transnacional organizado, su crecimiento, su articulación. La globalización, afirma, ha servido al crimen organizado para extenderse y crecer.
Pero Bula advierte que el crimen transnacional organizado no se limita al tráfico de drogas de todo tipo, sino que tiene que ver también con tráfico de armas, la minería ilegal, el tráfico de especies en vía de extinción que es un enorme mercado, el tráfico de personas, el tráfico de órganos, la prostitución infantil, la extorsión. “Hay muchas actividades en las que participan estas grandes organizaciones del crimen organizado y se ayudan entre sí, como el ejemplo al que me referí de los Zetas y Hezbollah”.
Latinoamérica como centro
Omar Bula Escobar se remite a América Latina como centro de la actividad del crimen transnacional organizado, dado que el narcotráfico ha tomado a la región como eje de acción.
“El problema de América Latina es que estamos en el meollo. En uno de los mapas que existen, hay uno en el que aparece el crimen organizado y la droga representada con un círculo rojo, se ubica sobre Colombia, Venezuela y básicamente encima de la región. No es para nadie un secreto que ese primer ítem del crimen organizado ha invadido la región desde Tijuana hasta la Patagonia y que han crecido de manera fenomenal”.
Refiere la importancia de conocer cómo se estructura el crimen transnacional organizado, pues este no se limita a los actores a los que comúnmente se hace mención, su cara visible, es decir, los dueños de los carteles y quienes evidentemente hacen parte del tráfico de drogas o de armas, los que están perseguidos y tienen circulares rojas en la policía internacional. Toma como ejemplo un iceberg y alerta que dichos actores ocupan la cima del mismo, la parte que se encuentra a la vista, mientras que sumergidos, bajo las aguas, en la parte que tiene mayor tamaño, se encuentran los llamados jugadores grises, “quienes tienen un pie en el crimen organizado y el otro en la banca, en el gobierno, en las grandes corporaciones financieras”.
El alarmante crecimiento y su penetración
En este sentido, indica que las cifras dejan ver el enorme crecimiento experimentado por el crimen organizado que, en el caso del narcotráfico en Colombia se ha multiplicado por cuatro, hecho que se repite en Perú, donde igualmente se incrementa esta actividad delictiva.
Advierte que se trata de datos de hace 6 o 7 años, por lo que ya son obsoletos, haciéndose menester que la Naciones Unidas las revise y actualice.
Indica que en 2010 se hablaba de que a nivel mundial el crimen organizado movilizaba 2.1 trillones de dólares, de los cuales el narcotráfico se adjudicaba USD 322 mil millones. Las operaciones recientes de Estados Unidos en el Caribe representaron USD 90 mil millones en decomisos de drogas que fluían entre América Latina y Estados Unidos. “Pongamos esto en perspectiva, son cifras que están por encima del Producto Interno Bruto (PIB) de nuestros países. Es decir, las cifras del crimen organizado comprenden el PIB de varios de los países de Latinoamérica”.
— Lo más preocupante de ese fenómeno creciente del crimen organizado —que vincula continentes y cuyo lucro es espectacular, como el de la droga, en que se puede vender un gramo de cocaína en Australia en USD 300 o en Japón a USD 350, habiendo salido de aquí a USD 2.5. Así es el margen de ganancias en ese tipo de negocio— es el hecho de que han penetrado y se han aliado a las élites políticas de estos países. Yo soy muy contrario a la idea de que se ha perdido la guerra contra la droga, porque hay un debate paralelo muy interesante que es el de la legalización que está muy ligado al crimen organizado. El hecho es que han comenzado a penetrar absolutamente todas las instancias de la sociedad, desde las instituciones financieras, instituciones educativas, inclusive las de salud. Se sabe que muchos servicios de salud en Colombia están dominados por las FARC o el ELN.
Agrega que los medios de comunicación no han escapado a esta penetración del crimen organizado, lo cual es un gran problema en la era de la información, lo cual en Colombia se evidencia en la posición asumida por algunos de estos medios respecto a grupos terroristas como las FARC, a quienes parecen defender luego de haberse suscrito el acuerdo de paz.
Tal defensa, sostiene Bula Escobar, es muestra clara del avance del crimen organizado en la región.
En este sentido, recuerda la objeción que muchos sectores de la sociedad colombiana formularon en contra del referido acuerdo de paz, cuyas consecuencias ya se observan al revisar el crecimiento exponencial del crimen organizado. Las masacres son un reflejo de este incremento.
“El acuerdo de paz ya está mostrando las consecuencias que tanto advertimos. Ahora hablan de masacres como lo alertamos, no era difícil adivinar que entre más droga más violencia, es la lógica de la droga que en Colombia se multiplicó por cuatro, en Perú me acaban de decir que está subiendo también, porque detrás de esto hay un proyecto de legalización muy dudoso que no implica necesariamente el debate de si legalizar es bueno o no, sino sobre quién se va a beneficiar de esa legalización, como se beneficiaron del mercado de la marihuana. Dirán que la coca tiene otros usos industriales, que con ello hay manera de bajar el número de personas en las cárceles por considerarla ilegal, y empezarán con eso hasta llegar a un mercado legal un montón de veces mayor que el de la marihuana”.
Refiere que el de la marihuana comenzó en los años 90 y hoy en día es un mercado de USD 200 mil millones. “¿Y quién es el dueño de ese mercado? ¿Los canadienses o los que invirtieron antes de proponer esa legalización que presentan como una cosa romántica y piadosa que va a arreglar el problema del crimen organizado? Pues, es el propio crimen organizado junto con estos actores grises, entre ellos los bancos, pues no se pueden lavar tantos millones de dólares, sin la participación, ya comprobada, de corporaciones offshore y onshore”.
Relaciones peligrosas
Omar Bula Escobar retoma el tema de las alianzas del crimen organizado y hace mención a las peligrosas relaciones que han establecido en países donde los actores de este flagelo actúan libre e impunemente, tal es el caso de Venezuela, erigido como el mejor ejemplo de la mancomunidad con el poder político.
Recuerda que en 2012 en su libro “El Plan perfecto” advirtió sobre la penetración de Irán en la región, especialmente en Venezuela, así como del ALBA, las FARC y el terror nuclear.
La respuesta fue desestimar la alerta, sobre la referida al terror nuclear, pues consideraban inconcebible la existencia de este en América Latina. Sin embargo, indica que esta es una amenaza latente, sobre todo cuando se recuerda cómo Venezuela le ha abierto las puertas al gobierno iraní y operador político y armado, Hezbollah.
Subraya que no sólo él ha hecho referencia a este hecho, pues ya hace 8 años, el presidente colombiano informó que Venezuela estaba comprando misiles. También Joseph Humire desde el Centro para una Sociedad Segura, y otros especialistas han referido la existencia de un submundo criminal muy activo.
Recuerda que Hezbollah ya estaba en la región, en la triple frontera en los años ´90, cuando ocurrió un atentado contra la embajada de Israel en el ´92 y otro contra el Centro AMIA en Buenos Aires, en el ´94. Luego, en Colombia, algunas comunidades libanesas —no todas, pues las hay muy respetables—, los radicales, comenzaron a extenderse en la Guajira y Buenaventura, así como en otros lugares de la nación neogranadina donde ganan terreno y llevan a cabo actividades proselitistas.
Transcurrido algún tiempo, en 2005, llega a Venezuela invitado por el finado expresidente, Hugo Chávez, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, quien manifestó abiertamente su deseo de “borrar a Israel del mapa”.
Con esta invitación, Chávez le abrió las puertas de América Latina a Irán. Desde esa fecha, el referido mandatario iraní realizó 7 visitas a la región.Irán tenía los ojos puestos en Argentina, el único país de la región que desarrollaba energía nuclear pacífica y la exportaba a todas partes del mundo. El régimen iraní estaba ya sancionado por Estados Unidos, dados sus propósitos de querer desarrollar un arma nuclear. Entonces, carente de tecnología y materia prima que es el uranio, Irán desarrolla una relación con Hugo Chávez con miras de llegar a Argentina, donde no querían a los iraníes en razón de los atentados terroristas perpetrados por Hezbollah en el Centro AMIA. Chávez invirtió jugosamente en la campaña electoral de Cristina Fernández quien, al llegar a la presidencia, abre un capítulo de cooperación argentina-iraní muy incómodo. Una situación que llegó a tal extremo, que supuestamente asesinaron al fiscal, Alberto Nisman, “que dicen que se suicidó, pero curiosamente lo hizo un día antes de declarar” y revelar sus investigaciones sobre el papel de Irán en Argentina. “Esto para que vean cuán importante es la presencia iraní en la región”.
Entretanto, en Bolivia se entrenaban las milicias bolivarianas; en Ecuador, la agencia antiatómica de la ONU advirtió acerca del proyecto de iraní de buscar uranio en América Latina. Al respecto, Bula refiere que la búsqueda de uranio y el plutonio, componentes básicos de la bomba nuclear, se abrían convertido en la verdadera razón de las expropiaciones emprendidas por Hugo Chávez, en Venezuela, y Evo Morales, en Bolivia.
Se suma a esto, la apertura de vuelos entre Maiquetía y Teherán a través de las aerolíneas Conviasa e Iran Air, en los cuales, de acuerdo a versiones de la prensa europea, se transportaban armas y elementos de la seguridad iraní.
Hezbollah y las FARC
El crimen transnacional organizado tiene también otra de sus manifestaciones en el vínculo existente entre hezbollah con las FARC y con el ELN.
Recuerda que las FARC también traficaron armas con Al Qaeda y Hezbollah se financia con el tráfico de droga. Este grupo iraní, que controla una gran parte del territorio venezolano, expresó públicamente su apoyo al régimen de Nicolás Maduro, como igualmente lo hicieron los chinos y los rusos.
Explica que el proselitismo islámico suele aprovechar la pobreza e indigenismo para colarse en los lugares donde estas circunstancias han hecho mella, tal es el caso de Chiapas en el sur de México, de la Guajira venezolano-colombiana y de Buenaventura, donde hay madrasas, escuelas del islam, operando. Estas escuelas son centros del islam más radical, el cual también se ha asentado de manera alarmante y grave en Trinidad y Tobago y en la isla de Margarita en Venezuela.
Omar Bula manifiesta su preocupación ante la indiferencia que las sociedades de estos países mantienen ante estos fenómenos “que crecen, que han crecido y que seguirán creciendo”.
Destaca que el avance o freno de estas actividades depende en mucho de los resultados de las elecciones presidenciales de Estados Unidos el próximo 3 de noviembre, pues Donald Trump es el único que se ha opuesto realmente al islam radical y a la presencia del gobierno de Irán en América Latina. “Es al gobierno actual de Donald Trump, al que le interesa Venezuela por su relación con Irán, con China y con Rusia”.
Ante el peligro que representa para la región el triunfo del Partido Demócrata, Bula Escobar recuerda que fue Barack Obama, quien firmó un acuerdo con Irán que después deshizo Trump, que fue el mandatario demócrata quien por no poner en peligro el acuerdo con Irán, no hizo caso a la advertencia sobre la presencia de Hezbollah en Venezuela “y cerró los ojos, además de que se acercó a Cuba”.
Una eventual victoria de Joe Biden —subraya— significaría el fin de las presiones sobre Cuba, sobre el narcotráfico “porque quieren legalizarlo, se acaba la presión sobre la presencia iraní. No somos inmunes, Venezuela ya demostró que no hay inmunidad al cambio histórico, las historias cambian a veces muy rápido, tal es el caso de Zimbabue, la primavera árabe o de la misma Venezuela, “para no irnos tan lejos. Siria era un país pacífico y explotó y vean lo que es hoy. Las cosas cambian y si ante esos fenómenos, que ya no son semillas, sino que están creciendo y han ganado mucho terreno, cerramos los ojos y no nos damos cuenta acerca de qué es lo que verdaderamente está en juego, vamos a terminar invadidos por el crimen organizado y por el islam radical, tarde o temprano, es cuestión de tiempo”.
Globalismo contra estado-nación
Omar Bula Escobar refiere que muchos de los acontecimientos y hechos ocurridos en muchos lugares del mundo, pero principalmente en Latinoamérica y los Estados Unidos, son consecuencia del globalismo que, aprovechándose del malestar social y las protestas por reivindicaciones, se valen de estas y las convierten en caldo de cultivo para generar violencia y caos, y así poder imponer su agenda.
Se trata, apunta, de una lucha entre globalismo y estado-nación, donde el primero es expresión de la izquierda, el comunismo, el islamismo radical, etc. por donde se cuela, igualmente, la agenda del crimen organizado.
“El juego rojo-azul, capitalismo-comunismo, que estábamos jugando en el pasado, ese juego se acabó. Ahora no, ese juego se acabó y hay que escoger entre globalismo y nacionalismo. Escoger si estamos con el status quo y ese occidente que hemos construido con mucha dificultad, incipiente en muchos casos, pero que estaba progresando a tal que esta ha sido la época más próspera de la humanidad en la que millones de personas han salido de la pobreza; o si estamos del lado de los globalistas con ese gobierno global que está aliado a las peores fuerzas del mundo que son básicamente el gobierno iraní, el narcotráfico, el crimen organizado, Hezbollah, Al Qaeda, ISIS, Venezuela, Cuba”.
En ese escenario, aprovecha el movimiento anti occidente, anti Estados Unidos para aliarse a los globalistas europeos y otros, como los chinos, el islam radical, los narcotraficantes, “una mezcla totalmente venenosa y peligrosísima que quiere destruir lo que conocemos como occidente, que yo defiendo mucho, porque insisto y repito, es la sociedad más avanzada de todos los tiempos, desde que comenzó la humanidad, con grandes defectos, pero una sociedad que se estaba construyendo en democracia y participación y que hace dos décadas comenzaron a querer destruirla. Hace dos décadas, Irán y Hezbollah comenzaron a entrar en la región e, igualmente, hace dos décadas se comenzó a fortalecer el narcotráfico y el crimen organizado, hace dos décadas China comenzó a fortalecerse y a convertirse en lo que es hoy. Estamos viendo el resultado de la bondad de la democracia, porque la democracia es muy bondadosa y muy boba al mismo tiempo, por sostener la pluralidad de opinión por la cual aboga y por su transparencia, de la cual algunos se aprovechan, tanto, que están acabando con ella. Es el caso de los medios de comunicación masiva hoy en día”.
Eso, sentencia, es lo que está en juego en las próximas elecciones de los Estados Unidos. “No es cuestión de que, si les gusta o no Trump por cómo es, esto no es un concurso de belleza. Se trata de escoger entre democracia y su fin”.