Tanto la acusada como el magnate financiero tenían plena conciencia de que era menor de edad, puntualizó la acusadora.
Por Maibort Petit
Por cada sesión de masaje sexualizado que “Carolyn” —otra supuesta víctima— le hacía a Jeffrey Epstein, recibía un pago de entre USD 300 y USD 400 que, en ocasiones, le pagaba directamente Ghislaine Maxwell. La información la dio otra de las cuatro acusadoras en el juicio que contra la socialité británica se libra en la Corte del Distrito Sur de Nueva York donde a la exmujer del magnate se la señala de tráfico sexual. Entre sollozos y voz quebrada, contó al jurado los detalles de aquella primera vez que vio al difunto financiero.
La jornada de este martes debía comenzar con la continuación del testimonio de Kimberly Meder, una analista del FBI, quien este lunes rindió declaración sobre unos CD descubiertos en la caja fuerte de Jeffrey Epstein en su casa del Upper East Side, durante un allanamiento que tuvo lugar en 2019 y entre los cuales había una gráfica que mostraba a Ghislaine Maxwell y Epstein juntos.Sin embargo, antes de que el jurado entrara a la sala de audiencia, la abogada defensora, Laura Menninger, planteó un problema surgido a raíz de que "Jane", la primera acusadora de Ghislaine Maxwell, quien testificó la semana pasada en el juicio, se comunicó con otro testigo para quejarse por la forma como la había tratado ella, razón por la cual la calificó con un improperio.
Menninger solicitó a la juez Alison J. Nathan, que prohibiera este testimonio o, por lo menos, celebrara una audiencia sin el jurado presente para determinar "exactamente qué sucedió" durante la llamada.Los tribunales prohíben a testigos que han rendido declaraciones, comunicarse con otros que aún no lo hayan hecho para evitar así influir en los testimonios.
La fiscal Alison Moe informó a la corte que el martes por la mañana el gobierno se reunió con Brian y este les informó que su hermana lo había llamado y esta le contó lo que había sucedido en el juicio. La fiscalía informó del hecho a la defensa durante la madrugada de este martes.
En la conversación, entre Jane y el testigo le refirió que le habían mostrado una solicitud de Interlochan Arts Camp durante su testimonio. Igualmente le hizo mención de un abogado de la defensa, calificándolo con un improperio.La abogada Menninger manifestó su preocupación por lo ocurrido.
Correspondía ahora a la juez, Alison Nathan, decidir si aceptaba el testimonio de “Brian”, pero fueron los fiscales quienes al final del día dijeron que desistirían de llamar a “Brian” a testificar, dado el incidente ocurrido.
Fotos y documentos prueban la relación
Finalmente —luego del punto de información— subió al estrado la agente del FBI, Kimberly Meder, quien luego de que se le mostraran al jurado un conjunto de fotografías en las que se veía a Ghislaine Maxwell y a Jeffrey Epstein juntos, dijo que estas imágenes correspondían a las halladas en durante un allanamiento practicado a una casa del magnate financiero en Upper East Side. El referido allanamiento se efectuó en 2019.
Entre las fotos, había dos que mostraban a la acusada vistiendo una camiseta diminuta y frotando los pies de Epstein a bordo de un avión.En otras imágenes, el hombre sostiene a Maxwell entretanto habla por teléfono.
Otra fotografía los muestra mientras posan en un campo con un perro.
Kimberly Meder dijo que ella revisó las gráficas luego de recuperar el CD en el allanamiento en la mansión de Epstein.
Del mismo modo, otro agente del FBI, Stephen Flatley, testificó también con relación a un documento recuperado de un disco duro encontrado en la citada redada policial, el cual fue creado por un usuario que se identifica como "Gmax". Se trataría de Ghislaine Maxwell, pues el documento estaba en el disco duro de una computadora registrada a nombre de la acusada.El documento describía una buena relación existente entre el financiero y Ghislaine Maxwell.
“Jeffrey y Ghislaine han estado juntos como pareja durante los últimos 11 años. Al contrario de lo que mucha gente piensa, rara vez están separados. Casi siempre los veo juntos”, se lee en el documento fechado el 14 de octubre de 2002.
Y agrega que "Ghislaine es muy inteligente y una gran compañía, con una sonrisa lista y una risa contagiosa", refirió Flatley sobre el contenido del archivo sobre el cual indicó que no estaba clara la razón de su creación ni para qué sirvió.
Otra víctima habla
La próxima en subir al estrado fue una mujer identificada únicamente con su primer nombre, “Carolyn”, otra de las presuntas víctimas acusadoras de Ghislaine Maxwell, quien habría brindado “más de 100” masajes sexualizados a Jeffrey Epstein durante cuatro años, a saber, cuando su edad rondó entre los 14 y los 18 años. "Algo sexual sucedió cada vez".
Contó al tribunal su difícil infancia en Palm Beach, Florid, donde hubo de abandonar sus estudios y luego comenzó a consumir cocaína y se volvió adicta a los analgésicos. Su madre era alcohólica y drogadicta.Dijo que conoció a Jeffrey Epstein —cuando tenía 14 años— porque su amiga, Virginia Roberts, quiso saber si estaba dispuesta a ganar dinero dando masajes a su amiga que vivía en Palm Beach Island, la cual no era otra que Ghislaine Maxwell.
“Carolyn” dijo que estuvo de acuerdo y fue con Roberts a la casa de Epstein, donde fueron recibidas por la acusada en la puerta y de allí las llevó al baño del magnate financiero.Dijo que Maxwell le dijo que “tenía un gran cuerpo para el señor Epstein y sus amigos".
Maxwell le dijo a Virginia Roberts: "Puedes llevarla arriba y mostrarle qué hacer".
Narró que en esa primera ocasión, Virginia Roberts se desnudó completamente, pero ella pidió que le dejaran quedarse en ropa interior, bikini y sostén. Fue cuando, entonces, Epstein entró en la sala de masajes y se acostó.
Luego de un tiempo —prosiguió “Carolyn” su narración entre sollozos— Jeffrey Epstein se dio la vuelta en la camilla y Virginia Roberts se puso encima de él y comenzaron a tener sexo.
Explicó que entretanto esto sucedía, ella observaba desde un sofá en el lugar.
Cuando hubieron terminado, la acusadora refirió que le pagaron USD 300 con billetes de cien que les dejaron en el lavabo del baño. Ghislaine Maxwell tomó nota de su número telefónico.
Le preguntaron por qué siguió yendo y respondió: “USD 300 era mucho dinero”.Los más de cien de masajes que le dio a Epstein ocurrían según agendaba Ghislaine Maxwell, quien la llamaba para programar las citas. La llamaba, bien a su número, al de su madre o al de su novio.
Contó cómo eran estas sesiones, durante las cuales Jeffrey Epstein primero se acostaba boca abajo y ella le brindaba el masaje, al tiempo que hablaban sobre su educación y sus problemas. Luego el financiero se volteaba y comenzaba a tocarla, a veces con un juguete sexual. Luego se masturbaba.
Explicó que “algo sexual sucedió cada vez” y que por cada sesión recibía pagos que rondaban entre USD 300 y USD 400 en billetes de cien. Los pagos en ocasiones lo hacía directamente la acusada. Precisó que ella siempre uso este dinero parta comprar drogas.
“Carolyn” dijo que hubo ocasiones en las que llevó a amigas adolescentes para que participaran de los masajes y por ello recibía un dinero extra. Específicamente dijo que recibía un bono de USD 300 por cada joven que llevaba.Cierta vez, Jeffrey Epstein —indicó la testigo acusadora— presionó un botón y, entonces, una mujer joven mujer entró en la habitación y tuvieron sexo los tres.
Precisó que Ghislaine Maxwell la vió desnuda en la sala de masajes en tres ocasiones, entre ellas una vez en que la acusada le tocó los senos y elogió su cuerpo.
Agregó que en una de esas sesiones, la mujer le practicó sexo oral mientras mantenía relaciones sexuales con Jeffrey Epstein quien, dijo, la violó hasta que ella le dijo que no se sentía cómoda con eso.
También, “Carolyn” hizo mención a las veces cuiando conversó con Maxwell sobre su educación y la forma cómo su abuelo abusaba sexualmente de ella cuando tenía cuatro años. Dijo que Epstein también le preguntaba algunas veces sobre cómo había sido su vida.
Puntualizó que Maxwell y Epstein sabían que ella tenía solamente 14 años, dijo, debido a que le preguntaron si podía viajar a la isla del financiero y ella les advirtió que no tenía pasaporte y que su madre no la dejaría ir.El jurado escuchó de labios de “Carolyn” que Ghislaine Maxwell y Jeffrey Epstein le enviaron regalos, entre ellos, lencería de Victoria's Secret, entradas para conciertos y un libro de masajes.
Refirió que siempre llamaba a la acusada por su apellido, Maxwell, pues nunca pudo pronunciar correctamente su nombre de pila: Ghislaine.
La acusadora de Maxwell contó que toma regularmente metadona y otros medicamentos que la ayudan a controlar sus adicciones y la esquizofrenia que padece. Agregó que tiempo después del abuso, tuvo un hijo y que regresó a la casa del magnate varias veces cuando necesitaba necesitaba dinero.
— Me preguntó si tenía amigas más jóvenes y le dije que no —refirió “Carolyn” — Y ahí fue cuando me di cuenta de que era demasiado mayor.
Precisó que, en ese entonces, ya contaba con 18 años de edad.
Defensa contraataca
Tal como lo ha venido haciendo hasta ahora, la defensa buscó desacreditar a los acusadores, esta vez, a “Carolyn”. De tal tarea se encargó Jeffrey S. Pagliuca, quien se remitió a las declaraciones judiciales e informes del FBI de hace más de una década. Estos documentos habrían mostrado, según el abogado, que la mujer había suministrado datos inconsistentes sobre los hechos.
Indicó que “Carolyn” manifestó que había conocido a Ghislaine Maxwell durante su primera visita a la casa de Epstein y la describió como una mujer mayor con acento y cabello negro hasta los hombros. Entretanto, un reporte del FBI recogía que la hoy acusadora describió a Maxwell como una mujer mayor con cabello corto, negro y un acento desconocido.
Pagliuca interrogó sobre la frase "acento desconocido":
— ¿En ese momento de su vida sabía lo que era un acento británico.
La respuesta de “Carolyn” fue que no había usado la palabra "desconocido" cuando habló con los agentes del FBI:
Pagliuca requirió detalles de las organización de las sesiones de masaje. Quería el defensor desmentir lo referido por la acusadora cuando aseguró que agendaba las sesiones Maxwell, pues esta la llamaba a menudo para concertar esas visitas.
El representante de la demandada sugirió que “Carolyn”había llamado directamente a buscado a Epstein luego de haber indagado su número.
— ¿No es cierto que tienes el número de Epstein de la guía telefónica? —preguntó el abogado.
— La guía telefónica de la que está hablando era mi guía personal —respondió la mujer.
Entonces Pagliuca citó un documento de resumen de una entrevista en la que “Carolyn” negó haber tenido relaciones sexuales con Jeffrey Epstein.
“Carolyn” interrumpió, entonces, al abogado: “Respondí 'no' porque no estaba dispuesta a participar (…) Tuvo relaciones sexuales conmigo y lo dejé".
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