Por Maibort Petit
Los tribunales pueden ser el escenario donde — sin ser catalogadas como teorías conspirativas y sin el veto de los medios de comunicación— se conozca en toda su dimensión la perversidad del sufragio automatizado.
Las denuncias de fraude electoral en los Estados Unidos por parte del equipo del presidente Donald Trump que terminen en la Corte, permitirían que salieran a la luz las vulnerabilidades del sistema electrónico de votación implementado en Venezuela a través de la empresa Smartmatic, toda vez que él mismo ha sido señalado por importantes voceros de la campaña del mandatario norteamericano, como la causa de que en estos momentos se le tenga como el perdedor de la contienda.
Específicamente, Rudy Giuliani y Sidney Powell, han hecho referencia a la utilización de software electoral diseñado por la empresa vinculada al chavismo en los pasados comicios presidenciales del 3 de noviembre.
“No es posible creer que la empresa dueña de esta maquinaria electoral sea aliada de Hugo Chávez, sea aliada de Nicolás Maduro y aliada de George Soros. ¿Qué tenemos que hacer para llegar a la verdad?", advirtió Giuliani, mientras que Powell aseguró tener evidencias de que el fraude electoral implementado en Estados Unidos tiene su origen en Venezuela[1].
Muchas voces se han levantado en Estados Unidos para refutar esto, incluso desde el seno del propio Partido Republicano, queriendo descalificar las denuncias al calificarlas como meras teorías conspirativas.
Pero apelar a catalogar las irregularidades denunciadas como teorías conspirativas es, al mismo tiempo, parte de la estrategia implementada a la hora de llevar a cabo un fraude electoral, advierte Guillermo Salas, fundador de la organización de contraloría electoral Esdata, un experto con larga trayectoria explicando lo que es un fraude electoral desde el punto de vista de la ciencia.
Salas refiere que en el caso venezolano toda persona que atacara al sistema electrónico de votación impuesto por Jorge Rodríguez cuando presidía el Consejo Nacional Electoral (CNE) era catalogado de antipatriota o de divisor de la oposición, entre otras cosas.
La sacralización del sistema electoral venezolano se convirtió, pues, en tema vetado aun entre el círculo opositor, toda vez que las referencias a su vulnerabilidad pasaban a considerarse obstruccionistas de cualquier posibilidad de entendimiento o de resolución a la crisis política imperante en el país.
Salas subraya que "todo fraude electoral de cierta envergadura lleva asociada una conspiración, la cual se puede inferir, incluso, a través de un método matemático planteado en 2007 por uno de los grupos matemáticos más importantes del mundo, Wolfram Research".
Las denuncias de Salazar
Hay que recordar que en Estados Unidos las referencias a las irregularidades del sistema electoral venezolano no son un tema reciente, toda vez que el exjefe de seguridad del finado expresidente Hugo Chávez y luego de Diosdado Cabello, Leamsy Salazar, presentó una declaración jurada en la que habló, de acuerdo a lo que se sabe de ella pues se encuentra sellada en la actualidad, de la supuesta existencia de un sistema de control que permitía monitorear los resultados e interactuar con las máquinas de votación en tiempo real.
Esta declaración jurada de Salazar, podría conocerse más profundidad en el proceso judicial que se iniciaría en caso de prosperar las denuncias de la campaña de Donald Trump ante la corte.
“Creo que, en estos momentos, cuando se lleve a cabo en la corte de justicia de los Estados Unidos todo lo relativo al supuesto fraude cometido contra Donald Trump, permitirá también destapar el caso de Smartmatic en Venezuela. Se va a saber mucho de lo que pasó en el referendo y que continuó pasando para tapar todas las evidencias de fraude, lo cual fue asqueroso”, alerta Salas.
Las denuncias de Leamsy Salazar fueron recogidas en el libro “Boomerang Chávez: los fraudes que llevaron al colapso a Venezuela”, del periodista español Emili Blasco que en una de sus partes señala que “Un sistema informático paralelo al oficial permitía al chavismo saber en tiempo real a lo largo del día la evolución del voto y le facultaba conocer el número de votos falsos que debía producir para girar el resultado. Eso ocurría en el marco de un proceso completamente electrónico, como es habitual en Venezuela, y con la complicidad de quien debía ser su árbitro, el Centro Nacional Electoral (CNE). Gran parte de la trampa se gestionó desde Cuba”.
El fraude es comprobable en una corte
Guillermo Salas asegura que "el fraude electoral cometido electrónicamente es perfectamente comprobable y, de hecho, las pruebas estadísticas son válidas en los tribunales estadounidenses".
Citó el caso de un recurso introducido hace pocos años ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela en el exilio, en el que aun cuando ninguno de los magistrados era proclive a la tesis del fraude electoral, luego de escuchar toda la exposición sin que existiera el bloqueo de los medios de comunicación donde el asunto es vetado, concluyeron con la prohibición del voto electrónico y exigieron que se auditara el registro electoral y se impusieran una serie de condiciones para que pueda haber unas elecciones transparentes en el país.
Luego de comentar que ningún medio de comunicación nacional comentó esta decisión —dado el veto señalado—, algunos de los magistrados se pronunciaron por la necesidad de procesar el caso penalmente.
Con relación al caso estadounidense, Salas apunta que los juicios se deciden por el número de indicios, sobre los cuales el jurado se pronuncia acerca de si el imputado es culpable o inocente. Por lo tanto, habrá que esperar para ver si en este, la evidencia delata al cuestionado sistema electoral venezolano.
REFERENCIA
[1] Independientes en Español. “Trump 'election fraud' lawyer claims communist plot from Venezuela to help Democrats win”. 20 de noviembre de 2020. https://www.independentespanol.com/noticias/giuliani-trump-fraude-electoral-venezuela-b1758714.html
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